Perdió todo

Tiro Federal volvió a caer y se quedó sin Castelli

Mariano Bereznicki / Ovación

Cuesta encontrarle un justificativo ante tantas pálidas. A tal punto que agudizó su ya de por sí crítica situación. De hecho, ahora quedó más seco que de costumbre. Porque Tiro Federal, además de finalizar de rodillas ante un limitado Estudiantes, se quedó sin su técnico. Los Tigres, que ayer acumularon la 7ª derrota consecutiva en Arroyo, no pudieron evitar que Jorge Castelli dé un paso al costado, producto del oscuro presente que los envuelve. No hay caso, la reacción continúa sin aparecer, el futuro quedó más hipotecado que de costumbre y no se presagian síntomas de mejoría.

El final estaba anunciado desde hace algunos días. Era una fija que Castelli y compañía tenían las horas contadas en Ludueña. La causa son las sucesivas derrotas que viene cosechando Tiro por los complejos caminos del Apertura. Pero el detonante fue ayer. Esta vez, por más que la dirigencia y los jugadores bancaran al Profe, no se pudo evitar lo inevitable al quedar nuevamente con las manos vacías.

Tal vez, habrá quienes dirán que el culpable de todo es Castelli. Si bien él es el director de una orquesta que sigue desafinando en medio de la obra, no es un dato menor la falta de tiempo que tuvo para preparar a un equipo que se tuvo que armar de cero, plagado de caras nuevas. Algunas de las cuales llegaron a horas del inicio del torneo.

También es cierto que, por lo visto hasta el momento, sus alumnos no lograron exponer el libreto que le brindó ni bien arribó a la institución. Porque cuesta entender la desincronización colectiva que exhiben fecha a fecha.

Pese a todo, hasta el momento ninguno de los rivales de turno dejó la sensación de haberlo superado ampliamente. Pero la realidad marca que en los siete compromisos que disputó, no hizo más que terminar besando la lona.

Es que al primer golpe fuerte que recibe, Tiro pierde potencia y comienza a ceder terreno. Después, aguanta hasta el final pero sin reacción. Como ayer, que arrancó como para prolongar la agonía del cuerpo técnico hasta que volvió a padecer en carne propia la falta del mismo diálogo entre sus integrantes.

Porque la única jugada seria en toda la tarde fue ni bien comenzó a rodar la pelota en Arroyo Seco. Javier Cámpora, quien fue el más incisivo de todos los Tigres, le metió un pase en profundidad a Buján y el ex Olimpo metió un zapatazo que terminó en las manos de Herrera.

Los minutos se consumían lentamente. Tiro comenzó a refugiarse en su campo. Se apichonó por mérito propio. Fue entonces que Estudiantes se animó y complicó en algunos pasajes al Flaco Vivaldo.

La visita, con limitados recursos, saltó a escena en el complemento. Un irregular Basualdo le hizo una innecesaria infracción a Braña y provocó un peligroso tiro libre. El pibe Sosa le pegó con su guante y Alayes, libre de marcas, metió un cabezazo letal para hacer estallar las casi 2.000 gargantas pinchas.

Luciano De Bruno ingresó como un bombero para tratar de apagar el incendio que había provocado el propio Tiro, pero no pudo evitar que las pérdidas sean totales. Es que a la falta de puntos ahora le sumó la salida de su técnico.

Tiro perdió su séptimo al hilo y el Profesor se tiró la toalla.