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miércoles,
03 de
agosto de
2005 |
Investigan el
confuso ataque
contra un
subcomisario
Un incidente en el que quedó envuelto un subcomisario de Seguridad Rural, que fue agredido por tres hombres el lunes a la madrugada, es de perfiles tan extraños que la jueza que conduce el caso derivó la pesquisa a Gendarmería Nacional. La versión policial indica que al oficial, quien es subjefe de la Unidad Especial de Seguridad Rural en Pueblo Esther, lo atropellaron con un auto luego de una discusión en la vía pública en la zona de boliches de Rodríguez al 100 bis. Dos de los agresores se bajaron del vehículo y le pegaron mientras estaba en el piso. Por el episodio están detenidos tres jóvenes, todos oriundos de Arroyo Seco que residen en Rosario.
Según fuentes policiales la afrenta se registró el lunes a las 5.20 en Rodríguez 142 bis. Mario Ferreyra 43 años -subcomisario adscripto a la Unidad Especial de Seguridad Rural en el cruce de las rutas A012 y 21-, quien vestía de civil y estaba de franco, fue atropellado por un vehículo que se subió a la vereda. En el auto, un Dodge 1500, viajaban tres hombres mayores de edad. Con el suboficial en el piso, dos de los pasajeros del auto se bajaron y le propinaron varios golpes con un objeto contundente. Ferreyra, quien vive en la misma cuadra, fue socorrido y llevado de urgencia al Centro de Emergencia de Trauma (CER), de Alvear y Córdoba. En la seccional 7ª quedaron como testigos de la agresión una barreta de hierro y una baldosa.
"Ferreyra, que vive en esa cuadra, había salido de su casa para ir a trabajar y discutió con unos muchachos de un bar de Rodríguez y Wheelwright", comentó un oficial de la Unidad Regional II cercano a la investigación. "Parece que por la calentura, agarraron el auto, lo atropellaron y después se bajaron y le pegaron", explicó el pesquisa. Los agresores desaparecieron de Pichincha.
Pocas horas más tarde, personal de la subcomisaría 13ª, detuvieron en General Lagos a Diego Carlos L., de 31 años, como sospechoso de conducir el auto que arrolló a Ferreyra.
Actúa Gendarmería
Posteriormente "y por motus propio", los otros dos jóvenes que iban en el vehículo se entregaron en la comisaría 27ª de Arroyo Seco. La policía los identificó como Sebastián M., de 23 años, y Lucas G., de 24. "Los policías trabajaron hablando con los padres y los muchachos se entregaron", confió una fuente. Al tratarse de una agresión a un suboficial de la policía, la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara ordenó que las actuaciones sobre la agresión que sufrió Ferreyra sean elaboradas por Gendarmería Nacional. "Acá no hay pibes con frondoso prontuario", explicó la fuente.
El subcomisario Ferreyra fue mencionado en mayo pasado en una denuncia que realizó el sindicato policial Apropol -no reconocido legalmente- por la adulteración de los tableros de varias patrullas del Comando Radioeléctrico. Todo esto en el contexto de una denuncia por robo de combustible. Este hecho -que incluyó un duro cruce de palabras entre varios altos jefes policiales y vigilantes sindicalizados- terminó con el desplazamiento de varios jefes policiales, entre ellos los del Comando y de la Agrupación Cuerpos. Ferreyra en ese momento era jefe de tercio en el Comando.
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