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miércoles,
03 de
agosto de
2005 |
Básquet: historia de árbitros
Alberto García y Juan Pablo
Mc Cormack
Son dos de los mejores árbitros del básquet rosarino. Uno es Alberto Juan García y el otro es Juan Pablo Mc Cormack. Los dos admiten que el suyo es un rol "difícil", pero al mismo tiempo dejan entrever que lo cumplen por vocación y porque aman el juego. Ovacion los juntó para hablar del arbitraje y de las dificultades que plantea, sobre todo en el campeonato de la Asociación Rosarina. Y ellos aceptaron el desafío.
"Esto siempre me gustó. Al principio dirigía los partidos de divisiones menores y una vez que dejé de jugar oficialmente (en Sportivo Constitución) me metí de lleno en esta actividad, que me dio muchas satisfacciones: soy uno de los pocos de la ciudad que tuvo el gusto de dirigir en la Liga Nacional", arranca García.
"Yo era un jugador de mediocre para abajo y para mantenerme dentro del básquetbol decidí volcarme al referato. Este deporte es mi verdadera pasión. Además, con lo poco que ganaba pude desarrollar mis estudios universitarios y recibirme de abogado", arranca Mc Cormack.
-¿Es difícil ser árbitro?
-Sí, pero lo importante es sentirlo. A nadie le gusta que le marquen pautas y nosotros no podemos conformar a todo el mundo. Siempre hay alguien que queda conforme y otro que no, depende del resultado. En el medio estamos los árbitros, que recibimos quejas y ofensas de toda naturaleza de parte de mucha gente que va a la cancha a desahogarse de situaciones personales o laborales. (García)
-Para mí es difícil y apasionante a la vez, tiene esa rara mezcla. Trae problemas y a mi me gusta resolverlos. Para ser árbitro hay que sentirse atraído por esas dificultades. Son muchas las condiciones que hacen falta, incluso muchas que lamentablemente en la cancha no se ven. (Mc Cormack)
-¿Cómo es dirigir en torneo rosarino, en el que cuando menos se lo imaginan empiezan los disturbios?
-A medida que avanzaba el torneo, cuando nos juntamos y hablamos sobre el tema nos pareció nos parecía que algo iba a explotar, porque había muchas irregularidades. Lamentablemente no nos equivocamos. Dirigir es algo que se está poniendo muy peligroso. (García)
-¿Son conscientes de que son los menos queridos en este juego?
--Algunos de nosotros logramos consenso de la gente. Vamos a dirigir y a cumplir de la mejor manera con nuestro cometido. No nos tienen que querer y por eso perdonar nuestros errores, si los cometemos. Lo importante para mantener el equilibrio, ser ecuánimes y punto. (Mc Cormack).
-¿Por qué hay gente y dirigentes que se sienten tranquilos con algunos árbitros, y con otros no?
-Para nosotros es una tranquilidad llegar a una cancha y ser bien recibidos. Eso nos pone bien en el momento de arbitrar. Quizá a los que nos reciben así es a los que tenemos más oficio. Pero el campeonato local es muy competitivo y problemático, y por eso siempre digo que aquel árbitro que no haya dirigido en Rosario, no puede considerarse tal. (García)
-¿Hay dirigentes que los aprietan?
-A mi nunca me pasó. (García)
-Yo les pediría a los dirigentes que nos apoyen más, principalmente a los árbitros jóvenes. (Mc Cormack)
-¿Cómo es la relación entre ustedes?
-Está llegando al entendimiento que tuvo en épocas pasadas. Si bien no somos amigos, el compañerismo se está haciendo más marcado. Pero lo que me preocupa es que no están saliendo árbitros nuevos y que no hay interés en capacitarse para llegar a categorías superiores, como alguna vez tuvimos la suerte de llegar nosotros". (Mc Cormack)
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Fotos
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García y Mc Cormack en Ovación.
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