Conclusiones del II Congreso Iberoamericano de Educación y Nuevas Tecnologías organizado por el portal Educared

La escuela y el desafío de facilitar el acceso a las nuevas tecnologías

Los especialistas en las TICs aseguran que la brecha digital puede achicarse desde el trabajo en el aula. El análisis se centra en cómo incluir estas herramientas en el proceso pedagógico

Patricia Martino / La Capital

La Capital

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) plantean nuevos desafíos para los docentes y el análisis se centra en cómo incluirlas en el proceso pedagógico. Es que en muchos casos la brecha digital acentúa las diferencias, ensanchando las desigualdades entre quienes pueden acceder a las nuevas tecnologías y quienes no. Pero en el camino por garantizar una inclusión masiva a la tecnología la escuela aparece como la alternativa ideal.

No obstante, existe una tarea pendiente porque la realidad dista de ser el mejor escenario. Es imprescindible que la capacidad de inclusión digital vaya creciendo dentro de las escuelas, así se generarán las condiciones para que este cambio planteé nuevas y mejores consecuencias para el desarrollo cultural e intelectual de los chicos generando más oportunidades a futuro, al menos esto es lo que aseguran los especialistas.

Ahora la Argentina se enfrenta a un doble desafío: debe alfabetizar en las nuevas tecnologías al tiempo que aún no garantizó plenamente el acceso a la alfabetización básica de toda la población. Reducir la brecha digital significa favorecer la formación y reinserción laboral de desempleados, subempleados y jóvenes no escolarizados.

El II Congreso Iberoamericano Educación y Nuevas Tecnologías, organizado por Educared, se convirtió en un foro de debate innovador sobre estrategias, tendencias e investigaciones en torno al uso de internet, las TICs, y los aportes de los entornos virtuales en la educación.

Durante tres días el teatro San Martín de la ciudad de Buenos Aires colmó sus salas con más de dos mil docentes y estudiantes que siguieron atentamente los talleres, conferencias y debates realizados por diferentes especialistas e investigadores educativos de Argentina, España, Brasil, Chile y Perú.

El ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, participó de la apertura del encuentro y abrió el debate sobre la problemática de la incorporación de las TICs en los diferentes niveles del sector educativo. "Debemos hacer un profundo análisis para ver qué papel va a jugar la educación respecto a las nuevas tecnologías y éstas, a su vez, con la sociedad en general. Hay muchas posibilidades y potencialidades para que este saber llegue absolutamente a todos. La escuela debe garantizar ese espacio", indicó.


Desafío constante
Desde el vamos quedó en claro el objetivo del congreso y a lo largo de tres días las metas se fueron cumpliendo. Carmen Gruillo, directora de Fundación Telefónica de Argentina, señaló: "Nos proponemos reflexionar cómo y con qué fines se incorporan las tecnologías en el aula, ya que representan un nuevo desafío para la actividad diaria de los docentes que, cada día y de manera creativa, trabajan en la aplicación de las mismas. Por eso se trata de entender su impacto, los criterios para analizar su información y credibilidad, y cómo impulsar la conformación de verdaderas comunidades virtuales. La tecnología es un desafío constante, al igual que la educación".

Por su parte, el gerente general de Telefónica de Argentina, Juan Waehner, compartió su perspectiva del tema. "Hace un par de años, dudábamos acerca de si internet era una herramienta válida o no en el mundo de la educación. Creemos que hoy ya no es una opción, es una realidad. Es un recurso fundamental para la inclusión digital, para convertirnos en una de las llamadas sociedades de la información en donde de alguna forma todos tengamos acceso a información y conocimiento, porque es esencial para el desarrollo del país", precisó.

En tanto, Alicia Camillioni, profesora de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, habló sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la profesión docente. "Desde distintos niveles de decisión y grados de responsabilidad las nuevas tecnologías impactaron en la profesión y eso nos obliga a reflexionar seriamente sobre ellas y ver cuáles son los cambios que van imponiendo y planteando", advirtió.

Para la profesora se debe reflexionar sobre estas cuestiones porque "necesitamos que el acceso digital sea posible para todos", y en esto tienen responsabilidad los docentes.

María Rosa Almandoz, licenciada en ciencias de la educación de la UBA y especialista en sociología de la educación, considera que internet no es una herramienta pedagógica en sí misma. Entiende que pensar en que la red de redes aporta conocimiento persé es una lectura instrumental. "Internet es un excelente proveedor de información", asegura y agrega: "Es una gran biblioteca pero es un desafío, se deben manejar categorías de análisis".

El panel sobre "El lugar de las TICs en la formación docente" despejó algunas dudas. Susana Muraro, profesora de la cátedra de informática y educación en la UBA, subrayó que las nuevas tecnologías "son herramientas informáticas que inciden sobre nuestra estructura cognoscitiva".

"El docente debe pensarse como consumidor, al apropiarse de la cultura, o como productor, creador de cultura. Debe elegir un papel para relacionarse con las TICs", propuso.

Carina Lion, licenciada en ciencias de la educación, apuntó que las computadoras ingresaron al aula y son utilizadas por los docentes pero en muchos casos no para la enseñanza. Para emprender este camino propuso "definir buenas razones para incorporar las TICs al proceso educativo" porque "no hay que introducir un cambio institucional para que entren en la escuela".

Santiago Kovadloff, graduado en filosofía por la UBA y profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, se preguntó en qué medida somos capaces de aprovechar las extraordinarias posibilidades que brindan las tecnologías y realizó una visión crítica del hombre actual en la construcción de la sociedad del conocimiento.

"Los avances digitales y biotecnológicos de los últimos 30 años demostraron ser la principal fuente de riqueza de las economías más dinámicas. Nuestro país no logró dar el salto. El tránsito a la sociedad del conocimiento desde la sociedad de materias primas exportables hubiera significado el pasaje del siglo XX al XXI. Por no haber cumplido este pasaje seguimos estando más cerca del siglo XIX, somos una sociedad de consumidores", argumentó el también escritor.

En ese sentido, precisó que "estamos en una sociedad integrada por sectores consumidores de los sectores tecnológicos, pero no es todavía una sociedad del conocimiento, puesto que eso exige algo más que consumo. Exige ciudadanos y estos solos pueden ser provistos por sistemas políticos y educativos capaces de abrirse a lo complejo con sensibilidad democrática".

Kovadloff continúo analizando la realidad y consideró que "en la base de esta sociedad tecnológica hay desafíos, a la hora de plantearnos el ingreso a la sociedad del conocimiento y los términos en que podríamos hacerlo: estos problemas atañen a la contemporaneidad, que debe ser muy tenida en cuenta a la hora de preguntarnos qué vamos a hacer con todos estos recursos que están a disposición, aún cuando las injusticias sociales se expanden, inclusive en la educación y el conocimiento. Nos ocurre lo que le ocurre al contexto, y con esto podemos descubrir quiénes van a disponer de la tecnología".

Más de dos mil docentes se dieron cita en el encuentro.