Buscan a testigos de lo ocurrido el miércoles en Mendoza al 7100

Desconcierto tras el ataque de un francotirador contra un trole

Un pedacito de plomo hallado entre los vidrios de las ventanillas daría las primeras pistas sobre el caso

Los investigadores están desconcertados. Cuando creían resuelto el caso que los mantuvo en alerta durante más de una década, tras detener a los hermanos Lino y Pepo Bertuzzi e imputarles al menos el último ataque atribuido al Loco de la Escopeta, un nuevo francotirador hizo su aparición en escena. La noche del jueves atacó a un coche de la línea K en el barrio Belgrano y milagrosamente no hirió a nadie. A 24 horas del hecho, ayer no había pistas concretas sobre el agresor que volvió a poner en vilo a los policías rosarinos.

"No tenemos nada, sólo un pequeño pedacito de plomo que se halló entre los vidrios de las dos ventanillas rotas por el proyectil", aseguró ayer un vocero del riñón de la pesquisa. No obstante, la fuente sostuvo que "ahora hay que esperar los resultados de la pericia metalográfica para determinar a que corresponde ese plomo y así empezar a descartar posibilidades".

En ese orden, los investigadores remarcaron que "todo indica que el proyectil fue impulsado por un arma de puño que podría ser un revólver calibre 38", aunque no descartaban que sea "un balín de plomo impulsado de arriba hacia abajo por una gomera u otro artefacto similar".

Lo cierto es que, al cierre de esta edición, los policías que se pusieron a trabajar el ataque desvinculaban el hecho de los atribuidos al Loco de la Escopeta. Más allá de eso, un hombre de la fuerza tejía ayer algunos datos menores que podrían tener relación a los dos hermanos detenidos por aquella saga de hechos que conmocionó a la ciudad. En primer lugar la agresión al trole de la línea K se produjo a sólo cuatro cuadras de donde residen los hermanos Bertuzzi, presos por los hechos anteriores. En segundo término, el miércoles se cumplió el primer mes de esas detenciones. "Son puntas para analizar, pero creo que es muy tirado de los pelos", confió el vocero.

Lo que diferencia al ataque del miércoles con los del francotirador histórico es que por primera vez "el proyectil fue disparado desde un punto fijo, de arriba hacia abajo y desde el lado de la vereda mientras que antes siempre era hecho desde la izquierda de los micros, desde un punto en movimiento y generalmente con una trayectoria ascendente", aseguraron los investigadores.

El misterioso hecho ocurrió a las 18.45 de anteayer cuando el interno 2 de la línea K, al mando de Sebastián Martínez Castro, circulaba por avenida Mendoza al 7100 en dirección al centro de la ciudad. En esas circunstancias un proyectil perforó una ventanilla del lado derecho de la unidad con un orificio de unos 5 centímetros de diámetro; cruzó el vehículo en el cual viajaban unos 40 pasajeros; y rompió otra ventana, del lado izquierdo, para terminar su recorrido en algún lugar desconocido. Afortunadamente, ningún pasajero sufrió heridas más allá de algunos pequeños cortes producidos por las astillas de los vidrios.