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 sábado, 25 de junio de 2005  
Conmoción por la muerte de una monja rumana en un exorcismo
Tenía diagnóstico de esquizofrenia y falleció tras pasar tres días crucificada. Detuvieron a cinco religiosos

Un juez de la ciudad de Bucarest, capital de Rumania, ordenó la prisión preventiva de cinco religiosos por el asesinato de una joven monja durante un exorcismo realizado en un convento ortodoxo en el este de ese país.

El juez aceptó el pedido de la fiscalía de prisión preventiva de 29 días. Tras once horas de interrogatorios, los fiscales acusaron al superior del convento y a cuatro monjas de privación de libertad, tortura y asesinato, entre otros cargos.

La semana pasada y en el marco de un ritual de exorcismo, los acusados encadenaron a una monja, Maricica Irina Cornici, de 23 años, a la que declararon poseída, a una cruz de madera y la ataron con una toalla, en el convento Santísima Trinidad en la localidad de Tanacu.

La mujer murió después de pasar tres días en la cruz, durante los cuales no recibió alimentos ni agua.

En caso de que sean declarados culpables en todos los puntos de la acusación, los "exorcistas" podrían pasar el resto de sus vidas en la cárcel. Cientos de personas se reunieron ante el juzgado, unos para defender a los acusados y otros en reclamo de un castigo más severo.

Daniel Petre Corogeanu, el monje detenido, se mostró desafiante y se defendió diciendo que trataba de quitarle el diablo a Cornici La Iglesia ortodoxa rumana permite exorcismos, para los que prevé rituales precisos. Este tipo de prácticas tienen gran aceptación en la población rural y se realizan en público durante servicios religiosos especiales. De todas formas, el liderazgo de la Iglesia condenó el caso.

Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos protestan contra estas "prácticas medievales" que "violan la dignidad humana".

La joven víctima creció en un orfanato en Arad, el oeste de Rumania, y viajó al monasterio de Tanacu en abril para visitar a una amiga. Previamente había trabajado durante dos años como babysitter en Alemania y el superior la convenció de quedarse en el monasterio.

En un principio la mujer mostró un comportamiento inusual y un mes después fue revisada en el hospital de Vaslui, donde los médicos le diagnosticaron esquizofrenia. De todas maneras, le dieron el alta a pedido de las monjas.

"Ella creía que el diablo le estaba hablando y que le había dicho que era una pecadora", dijo Gheorghe Silvestrovici, un psiquiatra que la trató. "Es un síntoma de esquizofrenia, y posiblemente estaba sufriendo su primer episodio", agregó.

La monja recibió medicación y, tras obtener el alta el 20 de abril, fue puesta al cuidado del convento de la Santísima Trinidad, en la cercana población de Tanacu. Se pensó que retornaría en 10 días, pero nunca lo hizo.

Corogeanu, un monje de barba roja que trabajaba como sacerdote del convento y al parecer encabezó el ritual de exorcismo, dijo a medios periodísticos que su intención había sido quitarle a la monja el diablo del cuerpo. Indicó que habían tenido que atarla pues era violenta y se negaba a beber agua bendita.

En Perieni, la aldea natal de Cornici, sus familiares exigieron justicia. "Ella fue desfigurada, se le hicieron marcas en las manos, en los tobillos y en el estómago", dijo su tía, Anisoara Antohi, que estaba de pie junto a su tumba. (AP y DPA)
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Exorcista. EL superior del convento rumano.


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