Yo opino: la participación para mejorar la escuela

Tiziana Manero

Analizando mi decisión de participar en el Centro de Estudiantes de mi colegio -Normal Nº 1 Nicolás Avellaneda- creo que la causa ha sido la enorme importancia que para mí tiene la comunicación.

Un Centro de Estudiantes (CE) facilita la comunicación entre los estudiantes y la organización para lograr los fines comunes. Permite la coordinación entre la institución y el estudiantado para mejorar la calidad educativa y general de la institución, cuando ésta permita su desarrollo y su participación activa.

Esta idea fue lo que me movilizó a unirme cuando me hablaron de la posibilidad de lograr la aprobación del CE en mi colegio, objetivo por el que se venía luchando pero sin éxito, desde hace varios años. También me pareció muy importante que las próximas generaciones de estudiantes tengan la posibilidad de participar en forma organizada con la institución.

El alumnado es la base de un colegio, y si este grupo de estudiantes está organizado entonces la escuela estará basada en una sólida organización que colaborará con sus objetivos.

Por otro lado es una preparatoria de todos los estudiantes en la práctica del sistema democrático, ya que sus opiniones serán manifestadas por sus representantes ante las autoridades de la institución. En mi opinión, en la medida que este CE cuente con la representación de cada división del alumnado, mediante delegados elegidos, más democrática será la expresión y cumplimiento de inquietudes.

Un CE debe proponer la formación de distintas comisiones según los diversos problemas que se planteen. También se debería ocupar de obtener fondos para divulgación de sus objetivos (afiche, volantes, etcétera), y así poder dar a conocer sus actividades y lograr nuevos integrantes. Asimismo debería interrelacionarse con los CE de los demás colegios para unirse en objetivos comunes.

En la actualidad, hay temas muy importantes que nos preocupan como estudiantes y que afectan nuestro futuro como ciudadanos: la ley federal de educación, el presupuesto educativo nacional y los problemas edilicios de los colegios públicos. Profundizar estos tres temas desde la óptica de un estudiante sería motivo de varios artículos más, por lo que sólo los planteo en esta instancia.

Como conclusión expongo mi deseo de que los estudiantes utilicen estos centros para lograr una apertura mental que permita la lucha por lo que creen justo y la aceptación de los límites que implica vivir en democracia, ya que el derecho de una persona termina en donde empieza el derecho de los demás.

(*) Tiene 18 años y es de Rosario