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 sábado, 25 de junio de 2005  
Concursos docentes, en espera
El subsecretario de Educación, Ricardo Dupuy, aseguró que se trabaja para resolver de manera segura cada proceso concursal

"Rendí bien y sigo como maestra, mientras que mi directora rindió mal y continúa firme en el cargo". El testimonio no es raro de escuchar en más de un docente que aprobó el examen previsto en el concurso de ascenso a cargos directivos realizado hace dos años, y que aún espera definiciones. En todo caso, el comentario es apenas una muestra de las paradojas y desigualdades que se dan en el sistema educativo en materia de formación profesional. La explicación es sencilla: el abandono que durante años hizo el Estado de los derechos del trabajador docente. Una cuestión que el subsecretario provincial de Educación, Ricardo Dupuy, asegura, desde la actual gestión se quiere revertir.

Y a decir verdad tiene en claro que no será sencillo cambiar esta ausencia sistemática de políticas que no tuvieron a los concursos docentes en sus agendas. Por citar un ejemplo paradigmático, basta el que se corresponde al concurso de adultos iniciados en 1999, del cual se conoce que en julio próximo se realizará la toma de posesión de los cargos de nocturnas primarias y para fin de año o principio del que viene se resolvería el de escuelas medias para adultos.

Igual Dupuy se anima a anticipar que se trabaja de manera firme y segura para dar respuesta a los derechos de los maestros y profesores.

No es casual entonces que al ser consultado sobre el estado general de los concursos pendientes advierta: "Todos los procesos concursales los heredamos, y por lo tanto no tenemos autonomía sobre las convocatorias". Y para ser más gráfico señala como ejemplo al concurso de ascenso para cargos directivos de EGB, que por la mecánica elegida -cuenta con seis subsedes para el jurado- complica su rápida resolución.

Es que "las regionales con menos aspirantes ya han terminado y están en condiciones de ofrecer los cargos, en cambio Santa Fe y Rosario no han culminado el proceso. Y la postura del ministerio es que -aunque sea criticable- no se realice el ofrecimiento de los cargos directivos hasta que no hayan terminado su trabajo todas las subsedes. De lo contrario, a futuro, esto generaría un caos: personal con distinta antigüedad, pero que provienen de un mismo concurso, por ejemplo", dice Dupuy para responder sobre la complejidad que significa resolver semejante situación.

Tal como precisa el subsecretario, la sede del jurado de Santa Fe está atrasada respecto de las demás subsedes, ya que a raíz de la inundación (ocurrida en abril de 2003) comenzó su proceso concursal más tarde que el resto; y en el caso de Rosario la cantidad de aspirantes es lo que define la demora. Basta recordar que inicialmente se postularon unos 4.000 docentes, de los cuales sólo 1.200 aprobaron la oposición.

Y, por si fuera poco, además se deben contemplar las distintas categorías en que se dividió el concurso para cargos directivos.

"Entiendo y comparto el apuro y preocupación de los docentes, pero en esto hay que ser serios. En la rapidez hay más riesgos de cometer desprolijidades y esto no debe ocurrir, ya que estamos hablando de un concurso que va a posicionar a toda la clase conductora del sistema educativo de acá a varios años", enfatizó Dupuy al dar respuesta a una demanda permanente de los maestros santafesinos.

Más allá de los imponderables y recursos administrativos que los mismos docentes suelen anteponer en los diferentes concursos y que acarrean demoras, lo cierto es que la preocupación está en cómo impactará este atrasado en la calidad educativa.

"Pienso -responde el subsecretario- que algún impacto tendrá, sobre todo de tipo social; y más en aquellos que habiendo rendido bien saben que el director de su escuela sigue en el cargo a pesar de no haber aprobado el examen. Pero también hay que entender que estamos hablando de una situación excepcional donde hubo muchos años sin concursos".

Al mismo tiempo que define como excepcional la situación, el funcionario provincial considera necesario dar seguridad a los interesados al remarcar que la presencia de distintos representantes en el jurado (compuesto por el ministerio y el gremio) garantiza la transparencia de lo actuado.

Ricardo Dupuy depositó su confianza en que el panorama cambiará con la aplicación de la ley aprobada el año pasado, que obliga a realizar los concursos de manera periódica. Y, sin entrar en detalles, también en la futura definición de un estatuto que regule de una vez por todas el régimen laboral de los docentes.


Ley de titularizaciones
En septiembre de 2001, el Ministerio de Educación titularizó por decreto y de manera masiva a unos 15 mil docentes que estaban frente al aula. Esto demandó un trámite administrativo inusual, que lejos de agilizar el ingreso de los docentes al cargo aún continúa pendiente de resolverse.

Dupuy se mostró contrario a la determinación tomada en su momento, sobre todo "porque significó un caos que se prolonga luego de cuatro años". Recordó entonces que los atrasos en resolver esta titularización de maestros se deben en particular -y entre otras razones- a que cada escuela debió presentar un solo expediente con todo el personal a titularizar; y en caso de haber algún inconveniente (ya sea por razones de jubilación, traslado o incompatibilidad) con algunos de los maestros, el documento volvía a la escuela. Es decir, basta con un solo error o dificultad para que todo el trámite vuelva a su inicio.
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