Pide, recibe y distribuye

Al grupo de hermanos que trabajamos en Cáritas de la parroquia San Francisco Solano, Rosario, en un frío viernes de este pasado mes de mayo, Dios nos tenía preparada una misión, que sin querer realizamos en nuestra comunidad ya que sucedió en la misa vespertina, donde participaron hermanos de distintos grupos que se hallaban presentes movilizándose con gozosa solidaridad. Al llegar al templo encontramos a un anciano sentado en el primer banco, muy desabrigado, vestía sólo una camisa, una bermuda y zapatillas; para caminar se ayudaba con un bastón y lo hacía con mucha dificultad, casi encorvado, una de sus piernas muy hinchada y vendada a causa de una úlcera. Venía de que le practicaran una curación en el Carrasco. Allí lo enviaron hasta nuestra parroquia en busca de ayuda. Al hablar con el anciano nos cuenta que viene desde Victoria (Entre Rios) que se encuentra solo y no tiene familia. A raíz de esto nos dio lugar a pensar que tampoco tenía un sitio donde ir a dormir. La noche anterior le habían permitido dormir en el hospital, seguramente en los pasillos porque no estaba internado. Buscaba abrigo, "tengo frío", nos decía. Le conseguimos abrigo y lo ayudamos a vestirse, también pudimos alimentarlo, porque nuestros hermanos que preparan el café con leche y sándwiches para ir de noche por las calles de nuestra ciudad repartiendo a otros hermanos necesitados estaban en plena labor, es más, lo proveyeron de una botella con café con leche y algunos alimentos para después. Mientras tanto, con la preocupación de no dejarlo en la calle, otros hermanos se comunicaban con gente del padre Santidrián quienes consiguieron un lugar para este señor, que fue llevado en taxi. Allí terminamos con nuestro trabajo. ¡Gracias a Dios pudimos cumplir con la misión que él nos encomendó! Realmente nos sentimos felices, nunca habíamos gozado tanto de la actividad que se realiza al dar y servir. Como lo hace Cáritas: "Pide, recibe y distribuye".

Cáritas parroquial

San Francisco Solano