Mal de muchos, consuelo de tontos

Entre las cartas de lectores de La Capital del martes 15 de junio se publicó una que parecía haber sido escrita por mí. Eso me decidió a hacer esta nota por aquello de que: "Mal de muchos, consuelo de tontos". Mi situación es semejante a la del lector que denuncia la falta de cumplimiento de Pami a las necesidades urgentes de los jubilados. En el 2001 solicité por primera vez a Pami un audífono. Previamente cumplí con todos los requisitos: consulta con el médico de cabecera, derivación al especialista, con turnos concedidos "a debido tiempo". Estudios específicos, audiometría, etcétera. Cumplidos todos los pasos, Pami recibió el pedido el 9 de octubre de 2001, con el correspondiente número de expediente. Ante reiteradas visitas a la delegación de calle San Lorenzo requiriendo informes e interesando en el caso a una doctora, en septiembre de 2003 me entregaron un audífono usado. En el laboratorio al que fui me hicieron el nuevo molde y todo lo que le faltaba, lo calibraron y tuve mi audífono. Pero, ¡oh sorpresa!, no andaba bien. Otra vez recurrí a los especialistas de Pami y otros particulares. Me extendieron certificados pidiendo cambio de audífono. Ese pedido fue recpecionado en Pami el 27 de octubre de 2003 con el correspondiente número de expediente. Este año -cansada de la larga y vana espera- leí los anuncios periodísticos de Pami Cumple, entonces volví a calle San Lorenzo donde me dijeron que nada podían hacer ya que los listados estaban centralizados en Pami central en Buenos Aires, y desde allí se distribuían. Resolví entonces intentar informes por vía telefónica. Pude comunicarme con la oficina de coordinación UGL sección audífonos de calle Perú 169 en Buenos Aires. Un señor muy amable me escuchó y primero me dijo que yo no figuraba en el listado. Luego rectificó y dijo que por la edad (83 años cumplidos) a más tardar en agosto de este año puedo recibir un audífono nuevo. Quiero creer y no puedo. Tantas veces me prometieron soluciones y no llegaron. Mientras tanto sigo luchando con el audífono que me dieron en 2003. Como el lector de la carta mencionada al principio, yo tampoco me doy por vencida y seguiré insistiendo por lo que creo justo, simplemente por un audífono nuevo que cumpla su función.

DNI 5.557.198