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sábado,
04 de
junio de
2005 |
"Tengo mucha fuerza interior"
Mariano Puerta, flamante finalista en Roland Garros, reconoció tras el triunfo ante el ruso Nikolay Davydenko que no salía de su asombro: "La verdad, no puedo creer que el domingo tenga que venir a jugar la final de Roland Garros".
Puerta (hoy 37 del mundo, aunque el lunes podría ser el número 11 ó 9 del ránking si gana la final), explicó sus sensaciones durante el partido en una charla con periodistas argentinos.
Puerta señaló que a la final llega como punto, "y eso me gusta mucho".
El cordobés habló del viento, como uno de los factores en el desarrollo del partido, al señalar que "fue difícil dominarlo. Cambiaba cada 4 ó 5 games. Entonces, cuando lo tenía en contra me obligaba a ser más agresivo".
También de su estado físico: "En el 5/3 del primer set sentí un dolor muy fuerte en el cuádriceps izquierdo. Hasta creí que me había desgarrado".
La cara de felicidad de Puerta lo decía todo. Recién había terminado el partido ante Nikolay Davydenko y, pese al cansancio tras cinco sets agotadores, el tenista argentino concretaba el sueño de estar en la final de Roland Garros: "Siento que estoy en el paraíso. Este torneo me cambió la vida y ahora estoy muy feliz", confesó sin abandonar su sonrisa.
En el encuentro de ayer, Puerta gozó del aliento del público francés que, como de costumbre en las instancias finales, llena el Philippe Chatrier con capacidad para 15 mil personas.
Por ello, Puerta sostuvo que "sentí que estaba jugando en el Buenos Aires Lawn Tennis. Lo de la gente fue increíble". Y volvió a hablar de su felicidad: "Nadie en el mundo puede estar más contento".
A la hora de buscar la clave de su triunfo, Puerta sostuvo que lo gané "con mucha fuerza interior". Y enseguida fundamentó: "Estoy muy bien entrenado, con buen resto y por eso me quedé con el partido".
Cuando le tocó responder sobre las similitudes de este encuentro con el de Guillermo Cañas en cuartos de final, Puerta sólo admitió que se pareció porque "levanté un 1-2".
Al hablar sobre su autocrítica dijo que "saqué muy mal y por eso tuve que jugar, casi todo el partido, con mi segundo servicio, lo que me obligó a correr demasiado".
Comentó que su padre y sus amigos en Buenos Aires le cuentan acerca de la repercusión que tiene su actuación en los medios y que en el set final, cuando estaba 2/4, sólo pensaba en arriesgar y pegarle profundo a la pelota. "Cuando entró la última me costó entender que había ganado", finalizó. (DyN)
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