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 miércoles, 11 de mayo de 2005  
Homenaje polémico. La imponente construcción se concretó después de años de debates que todavía persisten
Alemania inauguró su monumento al Holocausto en pleno centro de Berlín
Es la primera vez que un país evoca sus peores crímenes con una obra ubicada en el corazón de su capital

Berlín. - Tras años de debates y retrasos, ayer se inauguró en pleno centro de Berlín el monumento nacional al Holocausto, un inmenso bosque de bloques de hormigón que recuerda a los millones de víctimas judías del régimen nazi. La inauguración es considerada un hecho trascendental, ya que es la primera vez que un país evoca los crímenes que cometió con una obra ubicada en la zona central de su principal ciudad.

Sin embargo, el monumento del arquitecto estadounidense Peter Eisenman, sigue siendo cuestionado por su diseño abstracto y su falta de contenido. Otras críticas señalan que la obra no evoca a las miles de personas no judías asesinadas en el Holocausto, como cristianos, gitanos, negros y homosexuales.

En el Monumento a los Judíos Asesinados en Europa se reparten de manera uniforme 2.711 estelas oscuras sobre una superficie equivalente a cuatro campos de fútbol. Los bloques de altura variable llegan a medir en el centro de la obra hasta cuatro metros. Las piedras están protegidas con una sustancia antigrafiti para evitar actos vandálicos de grupos neonazis.

No hay placa, inscripción ni estatuas que sugieran a los visitantes lo que deben pensar o sentir. "Quisiera que fuese parte de la vida diaria", dijo el arquitecto Peter Eisenman. El artista ve a su obra como una metáfora de la naturaleza desquiciada y sistemática del genocidio nazi, y aseguró que busca crear una sensación de recogimiento y desorientación.

El monumento está ubicado a 50 metros del antiguo edificio de la Cancillería alemana, la sede del gobierno en la época nazi. La construcción fue aprobada en 1999 por el Parlamento germano y se trata del "primer proyecto común de recuerdo de la Alemania reunificada", y una muestra de que el país reconoce su responsabilidad histórica, según explicó el presidente de la Cámara, Wolfgang Thierse, en la ceremonia de inauguración.

"Hoy inauguramos un monumento que recuerda a lo peor, a lo más horripilante de los crímenes de la Alemania nazi, el intento de aniquilar a un pueblo entero", añadió el político socialdemócrata al presentar la obra de más de 27 millones de euros financiada por el Estado alemán.

El monumento dispone de un centro subterráneo de información en el que se documenta el sufrimiento de los judíos bajo la persecución nazi, y que incluye 3,5 millones de nombres de víctimas aportados por el museo del Holocausto de Yad Vashem.


Críticas y elogios
El proyecto generó numerosos debates desde que sus iniciadores, la periodista Lea Rosh y el historiador Eberhard Jaeckel, lanzaron en 1988 la idea de erigir un monumento central para recordar a las víctimas del Holocausto en el país de los ejecutores. La mayor parte de las críticas provenían de la misma comunidad judía.

El presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Paul Spiegel, consideró en la inauguración que el nuevo monumento no se trata de un lugar auténtico y afirmó que, al no tener presentes los sitios en los que se llevaron a cabo los asesinatos, acabará perdiendo a largo plazo su efecto como signo en contra del olvido.

"El monumento evita la pregunta del porqué y no realiza ninguna declaración acerca de los culpables, las causas y trasfondos de la catástrofe", dijo Spiegel en el acto en el que participaron también el presidente alemán, Horst Koehler, el canciller, Gerhard Schroeder, y el arquitecto Eisenman, entre otros.

Pese a sus críticas, el líder judío expresó su "reconocimiento y aprecio por el proyecto", al que consideró "una señal importante y necesaria en la lucha contra el olvido". "Espero que este monumento alcance el corazón de cada uno de sus visitantes", dijo.

Israel, por su parte, calificó ayer de "paso positivo" la inauguración del monumento. "Saludamos este proyecto y consideramos al gobierno alemán un aliado en la lucha contra el antisemitismo mundial", dijo el portavoz del Ministerio del Exterior israelí, Mark Regev.

La obra también generó críticas al recordar sólo a las víctimas judías y dejar de lado a otros grupos perseguidos por los nazis. No obstante, el gobierno alemán expresó que tanto los homosexuales como los gitanos tendrán sus propios monumentos.
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En el monumento se reparten 2.711 bloques de hormigón.

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