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 miércoles, 11 de mayo de 2005  
Paradojas del presente

Hace pocos días visitó la ciudad de Rosario el filósofo Slavoj Zizek, el pensador esloveno, autor de una serie muy interesante de libros que recorren desde cuestiones del psicoanálisis hasta una revisión crítica de las ciencias sociales y el cine. En su conferencia señaló una multiplicidad de paradojas del presente sobre las que vale la pena reflexionar. Por ejemplo, vivimos en una etapa histórica en la cual la tolerancia se predica como valor supremo. Sin embargo, la cuestión del acoso puede adquirir la dimensión absurda de contribuir al aislamiento de los individuos en nombre de la defensa de derechos individuales, o bien el prohibicionismo de los talibanes de Afganistán encontrarse más cercano de lo que parece a primera vista la reivindicación de la necrofilia de un grupo de ciudadanos de Estados Unidos "políticamente correctos". Es un momento en el cual se predican virtudes piadosas del cristianismo y, como en el caso de la Casa Blanca, se impulsa la tortura en Irak, tal como en el pasado hacían los ilustres ciudadanos sureños del Ku Klux Klan, que oraban a Dios cada día pero por las noches linchaban negros y los quemaban en hogueras. Dice Zizek que, en nombre de la libertad de mercado, se restringen cada vez más los derechos sociales que nos retrotraen como especie al pasado más injusto y cruel. Café descafeinado, edulcorantes por azúcar, goce compulsivo y consumista, la virtual reedición del fetichismo de las mercancías. Un mundo donde las maquinarias del poder absorben la energía vital de los humanos para alimentar seres inorgánicos. Entonces también ideologías descafeinadas, vías políticas que prescinden de la pasión, la ética y la convicción para legitimar totalitarismos que se postulan como emancipatorios. Postula Zizek luchar por la liberación de deseos que reafirmen la vida y dobleguen las pulsiones de muerte, utopías que nos impulsen a una sociedad más justa y solidaria. Una saludable invitación a un ejercicio implacable de la lucidez sin fanatismos.

Carlos A. Solero


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