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 sábado, 12 de marzo de 2005  
El municipio intenta evitar que desaparezca de Oroño un petit hotel de 1920
Está en la esquina de Urquiza y es de valor patrimonial

Bulevar Oroño está a punto de perder otro de sus edificios de valor patrimonial. Se trata de un petit hotel ubicado en la intersección de ese bulevar con Urquiza y construido en los años 20. Aunque la comisión de preservación del patrimonio municipal no dejó lugar a dudas al determinar que el inmueble debe preservarse y la Secretaría de Planeamiento ofreció alquilarla, la dueña de la vieja casona recurrió a la Justicia para poder venderla a una empresa que construirá allí un edificio. Ahora, los Tribunales provinciales le dieron a la Municipalidad un plazo de cinco días para resolver el tema; si no, deberá otorgar el pedido de demolición presentado por la titular del edificio. "No sé si lo vamos a poder salvar", confesó la secretaria de Planeamiento, Mirta Levin.

Las negociaciones de la Municipalidad comenzaron en marzo pasado cuando la titular de la casona, Lidia Godoy, ingresó un pedido de demolición para construir un edificio de departamentos. "Enseguida la comisión de preservación determinó que había que evitar la demolición, porque además es uno de los inmuebles catalogados por su valor patrimonial", explicó Levin, quien detalló que se trata de un petit hotel construido en los años 20 "con un estilo muy ecléctico".

Mientras tanto, la dueña -quien recibió la casa como herencia familiar tras una sucesión- aduce que no puede mantener el edificio por los altos costos que implica.

"Primero le ofrecimos alquilarla porque justo necesitábamos un lugar para ubicar el ente de transporte municipal, pero no aceptó -continuó la funcionaria-. Después le buscamos un comprador y encontramos a las autoridades de la Asociación de Comercio e Industria que estaban interesados, pero tampoco aceptó porque pedía una suma de dinero muy superior a la tasación oficial, que está entre los 540 mil y los 600 mil pesos".

Fue entonces que Godoy recurrió a los Tribunales para que le permitan vender su casa y convertirla así en un edificio de departamentos. Lo cierto es que ahora la Justicia le dio al municipio un plazo de cinco días, que vence la semana próxima, para que resuelva. Es decir, llega a un acuerdo con la propietaria o tendrá que autorizar el pedido de demolición.

La secretaria de Planeamiento reconoció ayer que en adelante las alternativas no son muchas e incluso confesó: "No sé si podremos salvarla, porque el municipio tampoco tiene recursos suficientes para pagar la expropiación de la casa o comprarla".

Además, Levin aseguró que "tanto a nivel provincial como nacional existe un vacío legal que hace que estos edificios de gran valor histórico y patrimonial queden absolutamente desprotegidos, porque no existen restricciones claras y todo depende de las leyes del mercado".

La funcionaria no detalló cuáles serán los pasos a seguir porque incluso admitió que "en este caso no se puede hacer mucho más". Así, todo indica que en los próximos meses el tradicional bulevar de Rosario perderá otro de sus históricos edificios. Una situación que se repite desde mediados de los años 60.
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La casa corre peligro de ser demolida.

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