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 sábado, 27 de noviembre de 2004  
Murió al tirarse desde el 2º piso de la ex Jefatura
Tenía 41 años y lo habían detenido el martes por abuso deshonesto. Ayer lo llevaban para notificarle la libertad

Un hombre de 41 años que había sido detenido el pasado martes por su presunta participación en el abuso deshonesto en perjuicio de una nena de 11 años, murió al arrojarse al vacío desde el segundo piso de la ex Jefatura de policía adonde lo habían trasladado bajo custodia para firmar su libertad. Ocurrió a las 18.20 de ayer en el viejo edificio de Santa Fe al 1900, donde funciona la Oficina de Reidentificaciones de la Unidad Regional II. En ese lugar se realizan todas las tramitaciones burocráticas que tienen que ver con los ingresos y egresos de detenidos en comisarías rosarinas.

Por eso, Miguel Antonio Perichón fue llevado desde la subcomisaría 21ª a ese lugar. Es que el hombre ya había sido notificado de que recuperaba la libertad después de permanecer detenido 72 horas imputado de un abuso deshonesto.

Junto a Perichón y otro hombre, acusado por el mismo delito y que también iba a recuperar la libertad, iban dos policías. Momentos antes habían salido los cuatro desde la subcomisaría del barrio 7 de Septiembre y sólo quedaba que firmen unos papeles para dejar atrás las rejas.

Sin embargo, algo pasó en estas últimas horas para que Perichón, un hombre que no tenía ningún antecedente previo, decidiera quitarse la vida. "No sabemos cómo este hombre llegó a semejante determinación. A la hora de pensar en algo creo que puede haber jugado el desprestigio que sufrió por esta situación y el temor a regresar a su familia y su barrio, donde probablemente lo esperaba alguna represalia", aseguró ayer un investigador policial.

Lo cierto es que Perichón se asomó a la baranda del segundo piso de la ex Jefatura y se arrojó al patio interno en el cual varios obreros siguen adelante con la demolición de lo que fue la vieja alcaidía. Su cuerpo quedó tendido en el piso, con sus manos aún esposadas y ante la impávida mirada de su compañero y los dos policías.

La muerte de Perichón no es la primera que ocurre en circunstancias similares. El 8 de diciembre pasado Cristian Torres era trasladado por un agente de la seccional 15 a la Oficina de Reidentificaciones cuando se arrojó por una ventana que da a calle Moreno desde unos 8 metros. En su mortal caída, el preso arrastró al policía que lo custodiaba, quien sufrió serias lesiones. Torres, de 25 años, murió tres días más tarde en el Hospital de Emergencias.
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