| sábado, 27 de noviembre de 2004 | Reflexiones Consideraciones sobre la República Popular China José Jacinto Barraza (*) . El mercado chino actual China, con casi 1.300 millones de habitantes y un comercio exterior que ronda los 855.000 millones de dólares, es uno de los destinos de exportación más importantes para la Argentina y pese a los magros 3.000 millones de dólares comercializados el año pasado entre nuestros países, es un mercado que despierta grandes expectativas por su potencialidad:
* Representa un quinto de la población mundial.
* Tiene un producto bruto interno de casi 1,4 billones de dólares.
* Importa anualmente por 413.000 millones de dólares.
* Posee sólo un 10% de su tierra con características aptas para cultivos.
* Por día, el mercado chino consume más de un millón de toneladas de cereales y casi dos millones de toneladas de hortalizas.
Los cambios estratégicos Con el relevo generacional que encabeza Hu Jintao, la reforma china, a un cuarto de siglo de su inicio, parece haber entrado en una nueva etapa, tanto en lo político como en lo económico. La modificación de algunos artículos de su Carta Magna, un texto que se remonta a 1954, incorporó nuevos conceptos, entre los que cabe significar no sólo la triple representación (cultura, ciencia, empresa), del gusto de Jiang Zemin, el anterior jefe del Estado, sino también otros de gran significación política, como los derechos humanos o la protección sin ambigüedades de la propiedad privada.
Como es público, China se ha convertido en los últimos años en el mayor receptor de inversiones extranjeras directas, de donde es fácil deducir que en China ya hace mucho que se respeta la propiedad privada.
Con las reformas y el boom económico, se produjo un cambio en la mentalidad de los chinos. Del viejo concepto de “es vergonzoso ser rico” se pasó al nuevo “es un orgullo volverse rico a través del trabajo duro y por medios legales”.
El desarrollo económico A grandes rasgos, se podría decir que el desarrollo económico reciente de China se debe a dos grupos de factores. Uno de ellos es el aumento de la demanda causada por factores externos empresariales, tales como la obra pública generada desde la expansiva política fiscal del gobierno y el aumento de las exportaciones, gracias a la recuperación a corto plazo de las economías del sudeste asiático o de las economías occidentales. El segundo grupo de factores es el estímulo de la oferta realizado por el sector empresarial y que es resultado de la reforma de las empresas públicas y el desarrollo de las nuevas empresas privadas. Una mejora en la oferta ha provocado a su vez una mayor demanda (interna y externa) y por tanto, un desarrollo más acelerado produciendo un círculo virtuoso.
El fin al monopolio estatal en sectores importantes como los servicios públicos o el sector financiero dieron como resultado, para finales del 2003, que el número de empresas privadas alcanzara los 2,97 millones con un capital registrado de u$s 40,5 billones y se limitara al sector público a contribuir con el 50% del crecimiento económico chino.
La China del siglo XXI Quién lo creyera, China (una nación en pleno desarrollo) se da el lujo de que el Tesoro norteamericano esté en deuda con ese país por u$s 145.000 millones, ya que es el segundo tenedor de bonos estadounidenses en el mercado financiero internacional, después de Japón.
China también es clave a la hora de medir la pobreza en el mundo. Si se excluye al país asiático, el número de pobres en el orbe en los últimos 13 años aumentó de 877 millones a 896 millones de personas. Sin embargo, al incluir a China la cantidad de personas en la línea de pobreza, bajó de 1.237 millones a 1.100 millones, es decir, que se redujo en 137 millones de personas.
Según el Banco Mundial, la pobreza en ese país cayó del 63,8% de la población a 16,6% en los últimos 20 años. De lejos, China se convirtió en la nación con el mayor crecimiento económico de la última década, superando en más de 400% el promedio mundial. Mientras que entre 1999 y 2003 el producto bruto interno (PBI) en el mundo creció en promedio 2,5% al año, el de China lo hizo a un ritmo del 7,74%. Y ahora, aún con las medidas anunciadas para frenar su expansión, lo hará este año seguramente al 8%.
Crecimiento porcentual del PBI 1999: 7,8%
2000: 7,1%
2001: 8,0%
2002: 7,3%
2003: 8,5%
Desde 1978 China comenzó una moderada apertura económica y un proceso de modernización que la sitúan hoy como uno de los principales jugadores del comercio mundial, ya que recientes investigaciones indican que ese país es la cuarta economía con mayor participación en el comercio internacional, después de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón.
Sus exportaciones en 2003 crecieron 35% y las importaciones 40%.
Estados Unidos, que es el mercado más apetecido del mundo, tiene un déficit comercial (importa más de lo que exporta) con China por u$s 509.000 millones.
Pero sin duda el mayor logro ha sido el incremento de las exportaciones de manufacturas, que representan el 90% de sus ventas totales al exterior, un promedio similar al de los países ricos.
Pero no se trata únicamente de textiles, el 20,4% de las exportaciones manufactureras están representadas en productos de alta tecnología, muy por encima de lo que significan para América Latina (15,4%) y bastante cerca de los países integrantes de la Unión Europea, cuyas ventas de alta tecnología al exterior llegan al 22,7% del total.
Cabe destacar que se ha revertido la tendencia tradicional de la actividad económica china, que históricamente se caracterizaba por la presencia de la agricultura y pesca, y se han fortalecido los sectores industriales y de servicios.
PBI por ramas de actividad Agricultura y pesca: 14%
Industria: 52%
Servicios: 34%
PBI: 100%
Reforma del sistema financiero Se ha iniciado formalmente la reforma del sistema de acciones del Banco de China y del Banco de Construcción de China, dos de los cuatro grandes bancos comerciales de capital exclusivamente nacional. El gobierno chino ha asignado 45.000 millones dólares de divisas como principal fondo suplementario de los dos bancos reformados. Al parecer de los expertos, esta reforma, que constituye una práctica totalmente nueva dentro del sector financiero chino, es una clara muestra de su desarrollo gradual.
El Banco Comercial de China, el Banco Agrícola de China, el Banco de China y el Banco de Construcción de China son las cuatro entidades financieras de capital exclusivamente chino y de propiedad estatal. Estos cuatro bancos forman el cuerpo principal del sector bancario, no en vano sus activos globales representan el 75% de los activos bancarios chinos, con una red de 139.000 oficinas y 1.650.000 empleados. Sin embargo, debido al atraso relativo de su sistema de administración, más del 30% de sus créditos son de dudoso cobro y un 3% de créditos incobrables.
En cierto modo, la actual gestión de estos cuatro bancos coloca a la banca china en una situación arriesgada. En efecto, dentro de tres años el mercado financiero chino quedará completamente abierto a las instituciones financieras de capital foráneo y los bancos comerciales de propiedad estatal y capital exclusivamente chino no lo van a tener fácil para hacer frente a la enconada competencia internacional.
En opinión de Yi Xianrong, doctor del Instituto de Investigaciones Financieras de la Academia China de Ciencias Sociales: “Si la reforma culmina con éxito, ya no hará falta que el gobierno administre estos bancos, puesto que se convertirán en verdaderos bancos comerciales y funcionarán conforme a los principios del mercado”.
“Cuando el porcentaje de suficiencia del fondo principal de estos dos bancos alcance cierto nivel y su sistema de acciones se haya transformado, éstas podrán cotizarse en bolsa y ser compradas por los inversores extranjeros y nacionales”.
Los bancos extranjeros Un centenar de bancos extranjeros, la mitad de los que ya prestan servicio en China, operan con la moneda local, el Renminbi Yuan (RMB) que tiene convertibilidad directa sólo con el dólar estadounidense, el yen japonés, el dólar de Hong Kong, el euro, la libra inglesa y el franco suizo. Un incremento considerable comparado con los 30 bancos que trabajaban desde 2001 con la moneda local.
Según la Comisión Reguladora de Bancos, 53 de estas entidades extranjeras están situadas en la ciudad de Shangai, el motor económico de China, mientras que 19 están ubicados en la ciudad meridional de Shenzen y los otros 28 repartidos por el territorio chino.
A finales de junio, el volumen total de fondos en yuanes de los bancos extranjeros en China alcanzó los 10.200 millones de dólares, un incremento del 49 por ciento con respecto al mismo mes de 2003.
El beneficio obtenido por las entidades bancarias extranjeras en los primeros seis meses de 2004 alcanzó los 32,2 millones de dólares.
(*) Secretario de Cultura y Educación. Asociación Bancaria (SED).
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