 | lunes, 01 de noviembre de 2004 | Inesperada derrota de Newell's Gustavo Conti / La Capital En el reino del revés pasan cosas insólitas. Como que los gigantes tengan pies de barro y aún así no se caen. Como que un líder de ocasión pierda dos partidos seguidos de local y siga arriba. Como que se agrupen nueve equipos en cuatro puntos con 18 por jugar. Como que otro líder, con la mejor mesa servida sólo para él, se caiga de la silla y se quede sin semejante convite.
Podrán decir que el Apertura es de los más mediocres, pero su imprevisibilidad lo hace apasionante. Que lo diga Vélez, que se golpeaba la cabeza el sábado y ayer vivió un domingo de resurrección. Que lo diga Newell's, que con todo a su favor, con 15 minutos espectaculares de entrada, cayó a los pies del humilde Almagro y se quedó con el consuelo de que al menos continúa mandando.
Increíble, tanto como la puesta en escena de José Ingenieros. Ganó el que estaba para el KO de entrada. Perdió el favorito. ¿Alguien recuerda la famosa pelea en que Holyfield destronó a Tyson, aguantando como podía la tremenda embestida de Iron al principio y aprovechando ese desgaste al final hasta noquearlo?
Ningún ejemplo quizás sirva mejor para ejemplificar lo que pasó ayer. Newell's sacó a relucir los argumentos que lo llevaron a la cima y puso al local contra las cuerdas desde el primer instante, cuando Cacho Córdoba le dejó el gol servido a Borghello y Bernacchia debió salir a cruzarlo fuera del área ganándose la amarilla.
El equipo de Gallego era arrasador, asfixiante. Si no la tocaba Marino, lo hacía Capria, Ortega o Belluschi. Trepaba Vella con autoridad, hasta Ré se animaba por su lateral. La tromba rojinegra generó 6 córners en sólo 13 minutos y no es exagerado decir que la pelota casi no pasaba de campo.
Pero Newell's tiró tantos golpes sin éxito que al final lo sintió. En el reino del revés, Cacho Córdoba dio todos los indicios de querer transformarse en el impresentable de la jornada y terminó luciéndose cuando el argumento ofensivo rojinegro trocó toque por pelotazo sin sentido hacia su cabeza o la de Charles Pérez.
Cuando Almagro se dio cuenta que Newell's iba consumiendo las reservas, creció en la misma proporción que su rival se apagaba. De sacarla a cualquier parte, empezó a tocar con Erroz como abanderado y Castano como punta de lanza. Sin prisa pero sin pausa, fue creando la sensación de que ya lo tenía controlado al enviar nota por e-mail | | Fotos | | Vella, Marino y Maidana lamentan el tanto de Osvaldo Miranda. | | |