 | lunes, 01 de noviembre de 2004 | Los hinchas leprosos gritaron pese a todo Cuatro mil almas rojinegras coparon la cancha de Almagro Javier Parenti / La Capital Llegaron como líderes y se fueron en la misma posición. Sin la locura desbordante del triunfo que vinieron a buscar en masa, con lamentos y tristeza por la derrota, pero con el desafío renovado de ir por todo una vez más, en siete días, porque este Newell's sigue puntero y la posición de privilegio de los hinchas la seguirán defendiendo con toda su pasión en el Coloso. Más de 4 mil leprosos pintaron de rojo y negro media cancha tricolor (hubo muchos que llegaron sin entrada). Todo valía. Camisetas, banderas, gorros, globos y hasta la garganta roja de tanto gritar el "soy de Ñubel", el "dale campeón".
Ese aliento con el que hicieron el aguante en el viaje, durante la reserva, cuando llegaron los conocidos de la tele, como Pablo Granados con la rubia debilidad (Felicitas) en minifalda y con la camiseta de Newell's, grabando para "No hay dos sin tres".
Desde que asomaron los protagonistas en los que están depositados los sueños de campeón, desde los diez segundos de juego cuando Bernacchia les ahogó el grito de gol a Borghello y a ellos, ni bien soltaron los globos al viento para que trepen a lo alto.
Ahí estaban, enloquecidos por esa condición de líderes del Apertura, por esa esperanza de que la punta se aseguraría por varias fechas más. Por eso enfilaron hacia la cancha de Almagro con las banderas conocidas, las que demuestran pertenencia del lugar con tinte leproso, las de Pérez, Villa Gobernador Gálvez, Casilda, Zavalla, Ibarlucea, Las Rosas, San Pedro y Haedo, entre tantas.
Ahí estaban, gozando en cada ataque, sufriendo en las contras. Lamentando los goles que no fueron y soportando estoicamente el del rival.
Y si bien ayer el "cueste lo que cueste, tenemos que ganar" no se cristalizó, el apoyo incondicional siguió hasta el final. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Villar sigue el partido con el mejor respaldo: la hinchada leprosa. | | |