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 sábado, 18 de septiembre de 2004

La clientela aumentó por estos días más de un 30 por ciento
Comienza la primavera y todos los gimnasios ya están desbordados
Las mujeres esperan turno para acceder a las clases de bicicleta y los varones para usar los aparatos

Algunos lo llaman el síndrome del traje de baño. Y consiste en lo siguiente: llega la primavera, uno saca la malla de la temporada anterior para tomar los primeros soles y se da cuenta de que le sobran chichas por todos lados. ¿Conclusión? Se inscribe inmediatamente en un gimnasio con el firme propósito de quemar grasas y tonificar panza, glúteos y brazos antes de que llegue el verano. Así, la clientela de los gym aumentó por estas semanas más de un 30 por ciento.

Desde los gimnasios, tanto los que basan su actividad en lo aeróbico como los que ofrecen otras alternativas como sensopercepción, yoga y pilates (un método que se instaló este año) aseguran que ese es el comportamiento habitual cada vez que comienza el calor. Eso sí, en ningún caso se sostiene que sea la mejor forma de cuidar el cuerpo y la salud. Los titulares y encargados de gimnasios con los que dialogó La Capital coinciden en que hay que hacer actividad "todo el año y como mínimo, tres veces por semana".

Carlos Varela es el dueño de la cadena de gimnasios Eurogym. Sostiene que en estos días la gente copa los horarios a partir de las 18 y por eso hasta se arman colas para tomar las clases de bicicleta (speenning), correr en la cinta o hacer pesas. "Lamentablemente -opina- la gente viene a ponerse linda cuando en realidad tendrían que venir todo el año y para sentirse bien".

Methas tiene un menú similar, trabaja fundamentalmente con deportistas (gente del rugby, el fútbol, el báasquet y la náutica) que en esta época hace la pretemporada. Pero también allí aumenta ahora la asistencia del cliente ocasional. "Se desbordan las horas pico (desde las 17 a las 20), pero también la franja horaria de las 7 de la gente que quiere moverse antes de ir a trabajar: hombres y mujeres por igual", sostiene un encargado.

El estudio de Gabriela Morales ofrece una propuesta diferente. Una gimnasia básicamente de elongación, donde el cuerpo sólo trabaja con su propio peso y buscando un tono muscular relajado. "Aquí en general la gente viene de marzo a diciembre con continuidad, pero también aparece un pequeño grupo que se pone en actividad cuando comienza el calor, un comportamiento que los chinos consideran normal: dicen que en otoño y en invierno se debe recuperar el desgaste de energía de la primavera y el verano", comenta Morales. No obstante, agrega que en su estudio se trabaja sobre la necesidad de moverse continuamente y erradicar malos hábitos de posturas "todo el año".

En el instituto de Mirta de Fussi, donde el yoga es tradición, también aparecen por estos días los clientes que quieren adelgazar y endurecer el físico. La actividad que más convoca es el pilates (método contrology), ejercicios para tonificar y elongar que se realizan con aparatos (camilla deslizante y trapecio) y accesorios (poleas, tablas de equilibrio). La propuesta, inventada por un alemán para rehabilitar soldados heridos de la Primera Guerra Mundial, "es una gimnasia muy elegida por las mujeres sedentarias de alrededor de 30 años porque no implica cantidad de movimientos, sino calidad y da buenos resultados", garantiza Guillermina Fussi.

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