| sábado, 18 de septiembre de 2004 | La urbanización del precario asentamiento céntrico entra en la recta final Comenzaron a abrir nuevas calles en los impenetrables pasillos de Villa La Lata Las obras estarán terminadas en 10 meses y 609 familias se convertirán en propietarias de los terrenos que habitan Carina Bazzoni / La Capital En 10 meses, los laberínticos pasillos de Villa La Lata quedarán en el recuerdo. El programa municipal Rosario Hábitat ya comenzó a transformar estos corredores y a abrir cuatro nuevas calles en el asentamiento más céntrico y con peor fama de la ciudad. De esta forma, 609 familias podrán regularizar sus lotes y recibirán la propiedad de sus terrenos.
La de Juan Carlos es una de estas familias. Desde hace 20 años el hombre vive en Rueda al 1400 y ayer no salía de su asombro mientras veía desfilar frente a su casa una decena de máquinas y operarios. "Acá nunca se vio algo así", dice y rápidamente agrega "parece que por fin se acordaron de nosotros".
Siguiendo la forma de un bumerán, La Lata se extiende entre Virasoro y Garay desde Corrientes a Paraguay, y entre Dean Funes y Garay desde Italia a Corrientes.
Allí unas 810 familias convivían con el estigma de pertenecer a uno de los asentamientos más calientes de la ciudad: donde sobran los relatos de que el arrebato y los peajes son moneda corriente, y de que sus pasillos -verdaderos laberintos- albergan a ladrones, traficantes y pasamanos, reducidores de objetos robados.
A principios del mes pasado, unas 200 familias dejaron el asentamiento para reubicarse en un nuevo barrio construido en bulevar Seguí al 6100. Justamente en el lugar que ocupaban estas viviendas que están siendo demolidas se comenzaron a trazar las nuevas calles y pasillos.
La urbanización del barrio demandará la apertura de cuatro cortadas que unirán Paraguay con Corrientes a la altura del 2900, 3000 y 3100, y España con Presidente Roca al 3200. Todas estarán asfaltadas e iluminadas.
Además, la alta densidad poblacional del asentamiento obligó a regularizar la traza de casi una centena de pasillos, que se ensancharán y se delimitarán en línea recta de forma perpendicular a las calles principales y las nuevas cortadas.
El programa se completa con la provisión de servicios: construcción de desagües, cloacas, agua corriente y electricidad, que si bien en La Lata no faltan, la mayoría está enganchada en forma clandestina.
De acuerdo a los planes del programa Rosario Hábitat, los trabajos estarán listos en menos de 10 meses. Es decir, en julio del año próximo.
Mientras tanto, se trabajará también en la delimitación de cada uno de los lotes del asentamiento, a fin de que los terrenos pasen a manos de las familias que los habitan.
"La apertura de calles es importante porque permite delimitar claramente cuáles son los espacios públicos y los privados. Así se destruyen esos lugares que son tierra de nadie y de los cuales se apropia generalmente el más fuerte. Me parece que este es el aporte más importante que hacemos en materia de arquitectura", señala la directora del Servicio Público de la Vivienda, Marisa Garzia.
Los vecinos esperan también que la urbanización del asentamiento aporte seguridad y mejore su calidad de vida, al facilitar el acceso de ambulancias y móviles policiales. "Nos vamos a poder mover más fácilmente, se va a mejorar la imagen del barrio. En fin, se va a terminar con el laterío", resume Juan Carlos.
Esparcimiento y trabajo Silvia, otra vecina de Rueda al 1400, cifra las mismas esperanzas. "El barrio va a cambiar. Vamos a estar mejor", asegura la joven que llegó a La Lata hace 7 años cuando empezó a construir su vivienda sobre la casa de sus suegros.
Es que la acción del programa Rosario Hábitat no se limita a la urbanización, regularización de terrenos y provisión de servicios, sino que también incluye una serie de actividades de promoción social, capacitación laboral y desarrollo de microemprendimientos.
En este marco, en noviembre se inaugurará el Polideportivo 9 de Julio que se construyó en terrenos que había dejado abandonados un viejo club que se levantaba en Deán Funes y Dorrego.
El predio de casi un cuarto de manzana tendrá un playón para la práctica de deportes, pileta de natación, vestuarios y un salón cubierto de usos múltiples.
Además, unos 800 jóvenes de entre 15 y 24 años terminaron distintos cursos de capacitación laboral que incluyeron también pasantías en varias empresas. Y la tarea dio sus frutos: el 40 por ciento consiguió empleo estable.
En cambio, para sus padres se realizaron talleres de capacitación en microemprendimientos que incluyen no sólo la elaboración de proyectos, sino también la realización de planes de negocios y estrategias de comercialización.
Los más chicos también pudieron aprovechar las actividades: formaron una murga que ya tiene nombre y bandera. Se llama la Cirga y el estandarte es rojo y verde, los eligieron porque son el color de la pasión y la esperanza. enviar nota por e-mail | | Fotos | | En Rueda al 1400 ya comenzaron a demoler viviendas. | | |