Bemeficios comprobados

El director de la Maternidad Martin, doctor Guillermo Carroli, en diálogo con La Capital, aprueba los proyectos de ley para asegurar la compañía de la mujer durante el parto. "Considero que estas leyes le darían un respaldo político a un tema cuyo beneficio está comprobado científicamente. Está demostrado que un acompañante en el parto, mejora la salud tanto de la madre como del bebé. La parturienta está más tranquila y se expresa con más libertad", opinó Carroli, quien además dirige el Centro Rosarino de Estudios Perinatales (Crep).

Por lo general la presencia de un familiar durante el parto es facilitada en los centros privados que cuentan con salas amplias e individuales. Esto no ocurre en los efectores públicos, donde las salas son pequeñas y colectivas. Esto es lo que ocurre en la Maternidad Martin, donde no siempre es posible la entrada de un familiar en el momento del alumbramiento. Al respecto Carroli anticipó que cuando se efectivice el traslado al Cemar (previsto para mediados del año próximo) donde se contará con habitaciones individuales, "las parturientas van a poder estar siempre acompañadas", dijo.

Creencia errónea

Según el informe Iniciativa Mejores Nacimientos de la Unidad de Investigación en Salud Reproductiva de la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica, -propiciada por el Crep- una creencia generalizada sostiene que el acompañante durante el parto implica riesgo de infecciones; interfiere con el personal y quita privacidad a los médicos. Sin embargo, de acuerdo al informe, por el contrario facilita el desarrollo del parto; conduce a menos cesáreas; menos dolor; mayor autoestima de la parturienta; mejora la relación madre-hijo; favorece una lactancia más prolongada y provoca menos depresión posparto.

Otras prácticas que favorecen el trabajo de parto son la libre movilidad, que la mujer ingiera líquidos y que no se le practique el enema en forma rutinaria, ni el rasurado perineal, ni la rotura artificial de membranas, ni se le apliquen un medicamentos para acelerar las contracciones, como tampoco la episiotomía (corte de la vulva para ampliar canal de parto), ni se la coloque en posición acostada en el momento del parto.

El Crep investigó la necesidad o no de la episiotomía en embarazadas. El relevamiento se efectuó en los hospitales de Rosario, Buenos Aires y Neuquén, y fue publicado en la revista científica The Lancet. Del estudio surgió que no es necesario realizar esta práctica en forma rutinaria, sino en casos especiales, tales como bebés de alto peso o mal posicionados (de nalga). La episiotomía se suele realizar frecuentemente porque se considera que reduce desgarros, cuando en realidad no es así, con el agravante que requiere suturas y produce dolor, además de complicaciones en la cicatrización.