Editorial

El transporte de cereales

La postal de camiones en fila por kilómetros esperando turno para descargar el cereal se ha vuelto una constante y, pese a que cada año los medios de comunicación despliegan una gran cobertura sobre el fenómeno y sus lamentables consecuencias, nada se ha hecho para revertirlo. Sólo aparecen declaraciones de rigor por parte de funcionarios o bien de concejales recordando sus iniciativas al respecto. En concreto, todo sigue como entonces. Con una diferencia sustancial: la economía continuó en su proceso de recuperación profundizando el desfasaje en materia de infraestructura, habida cuenta de la mayor circulación del transporte.

Esa extensa hilera en la banquina de la autopista Rosario-Santa Fe implica no sólo una variedad de problemas para los camioneros (falta de sanitarios, comedores y seguridad), sino también para automovilistas y conductores de micros que la transitan ya que aumentan considerablemente los riesgos de accidentes.

Coincidimos con lo expresado por la Bolsa de Comercio de Rosario en torno a que si se apuran los tiempos en la materialización del Proyecto Circunvalar se habrá dado un importante paso para la solución definitiva del congestionamiento. Y en ese sentido, es de esperar que el gobierno nacional perciba lo que está aconteciendo y actúe con criterio y premura. No obstante, si así sucediera, la concreción del plan demandaría su tiempo. Por ello se requieren medidas alternativas que alivien y ordenen la situación. La construcción de una playa de espera, con centros de transferencias y servicios de urgencias, como lo sugirió el concejal Steiger, acaso podría ser una salida razonable.

Además, vale recordar que las grandes inversiones de capitales de las aceiteras están predeterminando un mayor movimiento de camiones en los próximos años. Y sería lamentable que esa perspectiva se viera obstruida por la falta de obras viales esenciales.

Tal como se señaló con las dificultades en materia de energía, del mismo modo en el tema vial se debe trabajar aceleradamente y respondiendo a las prioridades que reclama la economía del país. La mayor productividad y rentabilidad de la coyuntura puede convertirse en oportunidad desaprovechada por la falta de servicios básicos. Y desde ya, todos los niveles de gobierno deben actuar para que ello no ocurra.