| miércoles, 31 de marzo de 2004 | Cuatro muertos al caer una avioneta sanitaria en Bariloche Una enfermera, un médico y dos pilotos fallecieron al precipitarse la nave que iba a trasladar a una paciente Una enfermera, un médico y dos pilotos murieron ayer al caer la avioneta en la que viajaban poco antes de llegar al aeropuerto de Bariloche, indicaron fuentes de la aeroestación y de la Fuerza Aérea.
El Piper Azteca -chapa PA-23, matrícula LV-JTM- había despegado en la mañana desde el aeropuerto de Neuquén con destino a Chapelco para buscar a un paciente que iba a ser trasladado en un vuelo sanitario. Pero como en Chapelco había mal tiempo, el avión no pudo aterrizar y fue desviado a Bariloche, donde el piloto se topó con otro banco de niebla. En esa situación, cuando bajaba rozó una torre de radio y cayó al suelo.
En el accidente murieron Juan Pablo Asurro, piloto; el copiloto, Matías Barahona, el médico Sergio Segati y la enfermera Carmen Ojeda Villegas, precisaron voceros de la policía neuquina.
La nave se precipitó a tierra 300 metros antes de llegar a la cabecera este de la pista, señaló Enrique Héctor Galoppo, jefe del aeropuerto de Bariloche. El funcionario destacó que el piloto tenía un buen contacto con la torre de control, que lo guiaba para la maniobra de descenso.
Fuentes del aeropuerto estimaron que a causa del mal tiempo la nave chocó con el ala izquierda a una torre de radio-ayuda, destinada a orientar los descensos por instrumentos, cuando estaba a unos 10 metros de altura y listo para aterrizar. El golpe ocasionó el desastre.
Integrantes de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil de la Fuerza Aérea se trasladaron al aeropuerto internacional de Bariloche para analizar las causas que originaron la caída del avión.
La paciente que iba a ser recogida en Chapelco, María Julia Curruhuinca, debido al mal tiempo tuvo que quedarse en esa localidad turística hasta que una ambulancia la trasladó a Neuquén. Curruhuinca tenía un fuerte dolor en el pecho y tomó un medicamento que le causó una reacción adversa y le originó una crisis respiratoria, lo que agravó su condición de asmática.
La mujer debía ser trasladada por aire por una gestión de Osecac, mediante su gerenciadora de Neuquén, firma que contrató el viaje a la empresa Marathana, dueña de la nave siniestrada. (Télam) enviar nota por e-mail | | Fotos | | La nave cayó 300 metros antes de llegar a la cabecera de la pista del aeropuerto. | | |