| miércoles, 31 de marzo de 2004 | Después de los insultos, ¿qué más? La señora Hebe de Bonafini, el domingo pasado, en su programa de Radio Nacional (Buenos Aires), hizo gala de suficiencia y despotismo (abuso que hace una persona de superioridad, fuerza o poder en el trato con otras) rayano en la insolencia, al referirse a la Iglesia con palabras injuriosas e insultantes. Su dolor y sus razones no son motivos para actitudes de este tipo. La necesaria memoria y la más necesaria justicia aún no alcanzada, sólo se logrará sobre la base del respeto de todos los actores sociales comprometidos (de una u otra manera) en la búsqueda de la verdad. El presidente de la Nación deberá también cuidarse, ya que si a esta buena señora algo no le guste de su accionar, puede llegar a acordarse de su madre.
Vicente Rubén Forte
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