| miércoles, 10 de marzo de 2004 | Aznar, un caso único de retiro anticipado y voluntario París. - En una entrevista concedida al diario francés Le Monde, que este publicó en su primera plana, José María Aznar reivindica su renunciamiento a encabezar un tercer período e ironiza sobre su falta de carisma, que no le impidió ganar dos elecciones y dejar servida la tercera victoria a su delfín, Mariano Rajoy.
Reprocharle que no tenga carisma es "como reprochar a Zidane que no tenga pelo", afirma irónicamente Aznar. "Los líderes que necesitamos son los que tienen ideas y convicciones. No hay nada peor que un líder simpático y mal dirigente". Le Monde le pregunta si piensa en Chirac cuando afirma eso, conscientes de las malas relaciones entre Aznar y el presidente francés. "Jacques Chirac es un jefe de Estado muy simpático, que tiene mucha experiencia", replica Aznar.
La retirada voluntaria de Aznar a los 51 años no deja de sorprender a los franceses (Chirac cumple su segundo período de 7 años como presidente, y bien podría aspirar a un tercero de 5), pero él sostiene que es "lo mejor que podía hacer" por su país y su partido y explica que su decisión "es fruto de una reflexión política y de un compromiso moral hacia los ciudadanos". A su edad, "la ventaja es que se está en perfectas condiciones para comenzar una nueva vida". Aznar cree llegado el momento de consagrarse a la fundación que ha creado en el seno del PP. "Quiero que las ideas con las que he trabajado y que son cada vez más aceptadas continúen madurando", y escribir sobre "las ideas que puedan ser buenas en una sociedad moderna y buenas para Europa".
Aznar revela que todos los líderes europeos se han sorprendido de que haya llevado a término su promesa de interrumpir su mandato. "Dejar el poder es lo mejor que podía hacer en este momento. Como para todo en la vida, el poder tiene su tiempo". Asimismo, niega haberse sentido solo en el sillón presidencial: "el poder se ejerce solo, es así y lo asumo". Aznar asegura que no tiene intención de hacerse desear y volver como hombre providencial. "No habría abandonado el liderazgo del partido. No creo en los salvadores. Cuando aparecen, es que el país va muy mal". Interrogado sobre lo que ha aprendido en el poder en estos ocho años, contesta: "es una experiencia totalmente personal que no puede transferirse. Se está solo. Miren ese teléfono (sobre su escritorio)...soy el último al final de la línea. Es ahí donde un líder se revela bueno o malo. Todo lo demás es retórica". enviar nota por e-mail | | |