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 miércoles, 10 de marzo de 2004

El hombre que aterrorizó a Washington en 2002 será ejecutado en octubre
Condenan a muerte al francotirador que asesinó a 10 personas en EEUU
Un joven, que era menor de edad cuando fue cómplice en los ataques criminales, irá a prisión perpetua

El mayor de los francotiradores de Washington será ejecutado, según decidió ayer un juez de Manassas, Estado de Virginia, al ratificar la condena emitida en noviembre contra John Allen Mohammed, de 43 años.

El juez dispuso además que Allen sea ejecutado el 14 de octubre, pero sus abogados solicitaron un aplazamiento de la concreción de la condena, ya que la decisión contra su cliente está siendo apelada.

"No tengo nada que ver con este asunto", dijo Mohammed, según testigos del proceso, al ser anunciado el veredicto. Mohammed fue hallado culpable de asesinar, junto a su cómplice Lee Boyd Malvo, de 18 años, a diez personas en el área de Washington. Malvo, que era menor de edad en el momento de los crímenes, fue condenado a cadena perpetua, pena que debe ser confirmada hoy.

Los dos hombres mataron en el área de Washington a diez personas en 2002. Las víctimas de los disparos, efectuados a gran distancia, se encontraban cargando combustible en automóviles, descansando en un parque o cortando el césped del jardín. Un alumno recibió un balazo delante de su escuela, y quedó gravemente herido.

Después de tres semanas de pánico, la policía dio con los autores de los crímenes gracias a evidencias que los asesinos dejaron en el lugar de los hechos.

Numerosos familiares de las víctimas se encontraban ayer en la sala de la corte. "Se me cae una piedra del corazón", dijo Larry Meyers, hermano de uno de los asesinados, al conocerse la decisión. Meyers había pedido desde el comienzo la pena de muerte por el crimen de su hermano Dean en octubre de 2002, cuando cargaba combustible en su auto y fue alcanzado por un disparo mortal. Por este asesinato Mohammed había sido condenado el año pasado por un jurado a la pena capital.

"Este es un día triste", sostuvo por su parte uno de los defensores de Mohammed. Durante el juicio el imputado defendió siempre su inocencia. La policía no logró probar su participación directa en ninguna de las muertes, ya que en el arma homicida sólo se hallaron las huellas de Malvo. Sin embargo, se lo acusó de ejercer sobre el joven una fuerte influencia para cometer los asesinatos.

La sentencia a prisión perpetua dictada para Malvo por un jurado en diciembre de 2003 deberá ser ratificada o rectificada hoy por el juez. Según el Derecho estadounidense, el magistrado a cargo puede moderar las recomendaciones previas de los jurados, aunque en la práctica esto se da muy pocas veces.

El proceso judicial contra Mohammed y Malvo no ha terminado; varios estados norteamericanos quieren llevarlos ante sus propios tribunales. (DPA)

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John Allen Mohammed aseguró no tener nada que ver con los asesinatos.

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