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 martes, 04 de noviembre de 2003

Se inició el juicio oral por una "picada" mortal
Fue en agosto de 1999. Murieron una mujer y su hija

Buenos Aires.- Sebastián Cabello, acusado de matar con su auto a una madre y su pequeña hija cuando supuestamente corría una picada, se mostró desmemoriado en el inicio del juicio oral en su contra y deseó "haber estado en el lugar" de las víctimas, la veterinaria Celia González Carman, de 39 años, y su hijita Vanina, de 3.

"No puedo entender qué hice. Estoy destruido, tengo cuatro sobrinas y las adoro. Esto me mata, me destruye. Por eso hasta hubiera preferido estar ahí...", dijo el acusado ante los jueces René Morales Penelas, Dina Elsa Rende de Cagide y Oscar Garzón Funes.

La madrugada del 30 de agosto de 1999 Cabello embistió con su Honda Civic al Renault 6 en el que iban González Carman, y su hija Vanina, quienes fallecieron incineradas al quemarse su auto. Ante el tribunal, el joven dijo que todo fue tan rápido que no puede recordar y ratificó lo declarado en la etapa de instrucción.

Durante las dos horas y media que Cabello declaró, Sergio Rosales -marido y padre de las víctimas- apretó su puño hasta que no aguantó más. Fue cuando escuchó que el joven dijo entender lo que la familia había pasado porque tenía sobrinas pequeñas, una de las cuales cumple años mañana. "Y hoy mi mujer hubiera cumplido 43 años", gritó el hombre.

Cabello, que está acusado de "doble homicidio simple con dolo eventual" y podría terminar en la cárcel, aseguró que circulaba a velocidad permitida y que tras el choque se desmayó.

Sin embargo su acompañante, Daniel Pereyra Carballo no dijo nada del desmayo y el primer oficial de la Policía Federal en llegar al lugar, Marcelo Fabián Gay, atestiguó que los dos jóvenes caminaban alrededor del Honda Civic, "se encontraban lúcidos", y Cabello "estaba preocupado por los daños que había sufrido su vehículo, la pérdida de la billetera y el celular".

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