Reflexiones

La escuela hace televisión

Roxana Morduchowicz (*)

Con frecuencia, leemos en diarios y revistas acerca de las críticas de que es objeto la televisión, especialmente en ámbitos escolares. Efectivamente, la historia entre la escuela y la televisión está tradicionalmente marcada por no pocos desencuentros. La escuela, nacida en la cultura de la letra escrita y con la imprenta Gutenberg, encuentra más dificultades para vincularse al lenguaje audiovisual.

En los últimos años, en la Argentina, la escuela y la televisión desarrollan no pocos esfuerzos para definir una nueva relación. El Primer Festival Nacional "La escuela hace TV", que acaba de finalizar, es una buena prueba de ello. En este sentido, es importante dar testimonio de los miles de docentes en todo el país que hicieron de este desafío inicial una realidad. El Ministerio de Educación de la Nación, juntamente con las carteras educativas provinciales y la Asociación de Telerradiodifusoras Argentinas (ATA), que reúne a los canales privados de todo el país, lanzaron en julio pasado una iniciativa que se convirtió en propuesta real en las 24 jurisdicciones.

La propuesta invitó a los sextos y séptimos años de la Argentina a escribir una historia en torno a un valor: "Pensar en el otro". La convivencia, la solidaridad y aprender a vivir juntos son los ejes del cuento que los chicos escriban. Una historia de una escuela en cada provincia recibirá un televisor y una videocasetera como premio a su trabajo. Y las seis historias seleccionadas por un jurado especializado (una por cada región del país) se producirán como avisos de bien público e integrarán una campaña publicitaria que se difundirá en todos los canales de aire del país, durante el mes de diciembre de este año y marzo del próximo.

El festival sintetiza, al decir del propio Ministerio de Educación de la Nación, no pocos objetivos. Para redactar su historia, los alumnos investigan acerca del tema (en este caso con alto contenido social), estudian y aprenden sobre publicidad (para poder pensar en el comercial), ven avisos y piensan en este género de una manera diferente, escriben y descubren al destinatario del mensaje: la sociedad. La iniciativa conjunta entre la educación y la televisión fortalece la capacidad de los alumnos como receptores y como productores de mensajes. Y les enseña a ver los mensajes de la pantalla chica de una manera diferente, reflexiva, crítica y pensando en su propia producción.

En los primeros dos años, más de 300 escuelas primarias públicas de la ciudad de Buenos Aires decidieron participar del festival (la propuesta es opcional). Ello significa que unos veinte mil alumnos de once y doce años escribieron historias y trabajaron sobre publicidad. Este tercer año, que lanzó el festival a nivel nacional, logró sumar a más de dos mil escuelas a la propuesta.

El resultado no se hizo esperar: más de 1900 escuelas en todo el país aceptaron el desafío y presentaron más de 2000 historias para televisión. Los alumnos se convirtieron en "productores culturales" capaces de leer diferentes textos y, ciertamente, de producirlos. Y miles de docentes condujeron a los chicos en esta formación.

"La escuela hace TV" refleja, desde el mismo título del festival, la voluntad y decisión que tiene la televisión de trabajar junto a la educación. Es cierto que aún queda mucho por recorrer. Pero sin duda, los miles de alumnos y docentes que participan del festival, sienten -antes que impotencia- un gran entusiasmo por este trabajo compartido.

(*) Directora del Festival "La escuela hace TV" en el Ministerio de Educación de la Nación