Buque con pasajeros enfermos enfrenta a España con Inglaterra

El barco partió de Gibraltar a Southampton con 11 afectados de gastroenteritis

La permanencia durante varias horas en Gibraltar del crucero británico Aurora, en el que más de 400 pasajeros se enfermaron de un contagioso virus estomacal, provocó ayer desavenencias entre los gobiernos de Gran Bretaña y España. Poco antes de que atracase el barco en la colonia británica del sur de la península Ibérica, España cerró su frontera con ella por primera vez en 15 años. El gobierno de José María Aznar lo decidió así después de que las autoridades gibraltareñas no respondieran al requerimiento español de información.

El ministro británico del Exterior, Jack Straw, criticó la medida como "innecesaria y desproporcionada", mientras que el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, tachó de "injustificable" que el Ejecutivo español "impida el derecho de libre circulación" entre España y Gibraltar a los ciudadanos europeos.

"Está claro que la epidemia de gastroenteritis disminuyó y ya no presenta un peligro", indicó Peter Caruana, gobernador de la colonia británica. Según un portavoz del gobierno local, sólo 11 personas seguirían enfermas a bordo, de un total de 430 pasajeros inicialmente que contrajeron una gastroenteritis viral, según una evaluación -del 31 de octubre último- del Ministerio griego de Salud, que el viernes último rechazó el desembarco de los pasajeros del Aurora en un puerto de Grecia.

El gobierno de Gibraltar había decidido antenoche permitir el desembarco de los pasajeros sanos del crucero. Aparentemente, la enfermedad está remitiendo: en los pasados días el número de casos nuevos fue reduciéndose.

La respuesta española a las críticas británicas llegó por boca del vicepresidente segundo del gobierno y ministro de la Presidencia, Javier Arenas. El cierre de la frontera se ordenó "para salvaguardar la salud de los españoles" y se levantará "cuando tengamos toda la garantías por parte de las autoridades británicas", dijo.

La epidemia a bordo del Aurora, con 1.900 pasajeros y 700 tripulantes, comenzó el 24 de octubre último, cuatro días después de que el barco zarpó del puerto británico de Southampton. El virus, llamado Norwalk, provoca diarrea, vómitos, así como fiebre y fuertes dolores de cabeza.

Las autoridades de Venecia y del puerto croata de Dubrovnik impidieron el desembarco de los pasajeros. Las autoridades del puerto griego del Pireo prohibieron incluso que el crucero atracase.

El cierre de la frontera provocó ayer la concentración de medio millar de personas en el lado español, la mayoría de ellas trabajadores empleados en Gibraltar que no pudieron acudir a sus puestos de trabajo y esperaban la posible apertura. Normalmente son 4.000 las personas que cruzan la frontera al día. Medio centenar de agentes de policía y de la Guardia Civil controlaban el cierre fronterizo.

Según el ministro del Exterior británico, quien indicó que hablará del tema con España, la confiscación de los pasaportes de los pasajeros que bajaron ayer del barco basta para evitar el contagio de los españoles. Inclusive la ministra española de Sanidad, Ana Pastor, indicó que el Aurora no supone un riesgo real para la salud. No obstante, justificó el cierre de la frontera alegando que las autoridades británicas no cumplieron con el requerimiento de información hecho por España. Mientras éstas aseguraron que la solicitud se hizo "tarde".

El crucero zarpó ayer a la tarde desde el puerto de Gibraltar rumbo a Southampton. Poco después el gobierno español reabrió la frontera. (DPA)

No ayuda. España cerró las fronteras con Gibraltar