 | martes, 04 de noviembre de 2003 | Juicio a activista argentino de Greenpeace Está acusado en España de haber obstruido la salida de un barco de Estados Unidos con armamentos hacia Irak Un militante argentino de la organización ecologista Greenpeace comenzó a ser juzgado ayer por un tribunal de la ciudad española de Cádiz, bajo la acusación de haber obstruido la salida de un barco estadounidense hacia Irak con pertrechos de guerra, según indicaron los ambientalistas.
El capitán Daniel Rizzotti enfrenta un pedido de condena de cuatro años de prisión por bloquear la salida del barco. Rizzotti capitaneaba el mítico buque Rainbow Warrior, nave insignia de Greenpeace, por lo que la organización ecologista denunció que los gobiernos intentan recortar "la libertad de expresión y al ejercicio de los derechos fundamentales".
El bloqueo se realizó el 14 de marzo último, cuando el Rainbow Warrior trabó la salida al Cape Horn, con un embarque norteamericano que llevaba pertrechos hacia el golfo Pérsico.
El juzgado español resolvió abrir juicio oral contra Rizzotti y cuatro activistas más de Greenpeace, quienes se manifestaron contra la guerra de Irak frente a la boca de la base de Rota, en Cádiz.
Detención En las protestas masivas contra la guerra de Irak, el Rainbow Warrior intervino en la base militar de Rota, por lo que la Guardia Civil española abordó el buque y detuvo a Rizzotti, al coordinador español de la campaña de desarme, Carlos Bravo, y a otros tres activistas.
La fiscalía pidió cuatro años de prisión para el capitán Rizzotti por desobediencia, resistencia grave y lesiones y para Carlos Bravo y Phillip Walter Lloyd, tres años por resistencia grave y lesiones. Mientras, para los activistas Lawrence Martin Truk y Teresa Ambrós pidieron nueve meses de prisión por el delito de desobediencia.
"No asistiremos impasibles a que se limite el ejercicio de nuestros derechos fundamentales. Greenpeace va a defender su derecho a la libertad de expresión y manifestación", dijo José Manuel Marraco, abogado de Greenpeace España.
"La protesta del Rainbow Warrior fue pacífica, como todas las de Greenpeace. Los delitos que nos imputan son completamente falsos", dijo Carlos Bravo, responsable de la campaña de desarme de Greenpeace. "Lo único ilegal en todo esto -agregó- fue la guerra de Irak. Quienes deben ser juzgados son los que la promovieron con pretextos falaces". (Télam) enviar nota por e-mail | | |