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 martes, 04 de noviembre de 2003

Los vecinalistas quieren la policía en la calle y no detrás de un escritorio
Alerta en los barrios por la inseguridad
En una asamblea de comerciantes expulsaron a funcionarios y reclamaron la presencia del ministro Carranza

Lucas Ameriso / La Capital

La reciente ola de robos, muchos de ellos seguidos por homicidios, hizo recrudecer el clima de protesta en los barrios rosarinos. Tan así es que en una asamblea en zona norte, los vecinos decidieron echar a los funcionarios provinciales y solicitar que se haga presente el propio ministro de Gobierno santafesino, Carlos Carranza. Todos suplican a coro la presencia policial en la calle y "hechos concretos de los funcionarios y no más palabras".

El clamor por mayor seguridad se reproduce en cada rincón de Rosario. En Lima y Godoy -adonde los vecinos sorprendieron a la opinión pública al indicar que recibirían a los delincuentes a los tiros- la propia gente está construyendo un destacamento policial en un terreno municipal.

Nuevo Alberdi es para el presidente de la vecinal, Miguel Angel Dinolfo, el lejano oeste. "Acá se roba a cualquier hora, a la policía de la comisaría sub 2ª le falta personal y patrulleros, hay muchas calles sin alumbrar y llenas de pozos. Hasta me robaron la máquina de cortar yuyos", asegura indignado el vecinalista.

En Barrio La Cerámica, la cosa parece similar. "Teníamos 32 efectivos en la comisaría 30 y ahora hay sólo 22 para custodiar a 41 mil habitantes que viven en una zona caliente", afirma el titular de la vecinal Independencia, Gabriel Luna. Luis Picariello es otro vecino preocupado por la inseguridad para quien "si donde está el poder no se ponen los pantalones largos no se arregla nada". Picariello apunta a la droga como principal problema que origina la delincuencia, pero dice que "si se mira para otro lado, este monstruo se tornará ingobernable".

Para el presidente de la vecinal Florida Norte, Juan Carlos Giacobbe, "se viene escuchando la promesa de una cárcel desde la época de Vernet, pero si siguen los policías cuidando presos en las comisarías, siempre va haber inseguridad". En rigor, también se exige un patrullero para la comisaría 10ª y una audiencia con Carranza "que todavía estamos esperando".

Empalme Graneros fue hasta el año pasado lugar de múltiples robos, pero desde la construcción de un destacamento "el delito ha descendido en un 90 por ciento", según el titular de la vecinal, Osvaldo Ortolani. De todos modos, el dirigente subraya que hoy la preocupación son los alumnos de la Técnica Nº12, que asisten a la escuela ubicada en Gorriti y Felipe Moré. "Los que tienen el privilegio de ir a clase son esquilmados y golpeados en la zona", apunta Ortolani, para advertir: "Si al barrio le sueltan la mano, volveremos a las marchas".

Quizás el dato más curioso lo aportó la Asociación de Comerciantes e Industriales de la zona Norte. Su presidente, Daniel Locchi, contó a La Capital que en una reciente asamblea de afiliados "se decidió que se retiraran los representantes del gobierno provincial y se exigió que acuda el ministro Carranza a dar soluciones concretas frente a los sucesivos robos".

Hasta el momento escucharon promesas de reforzar con policías desde el cruce Alberdi a Granadero Baigorria, "pero resulta más de lo mismo", dice Locchi, para agregar: "El mes pasado fue terrible y muchos comerciantes ya están calentitos, parece que no hay policías ni móviles para sacar a la calle".

Ayer, en tanto, se desarrolló una concurrida concentración de vecinos en Barrio Las Flores. El motivo convocante fue el cruel asesinato de un verdulero del barrio a manos de delincuentes que lo ultimaron frente a sus hijos, por lo que 300 personas pidieron por mayor seguridad.

La cita fue pasadas las 15, en plaza Itatí (Flor de Nácar al 7.300), desde donde una pequeña delegación de vecinos fue hasta la comisaría sub 19 a exigir explicaciones.

Pero uno de los referentes de la zona, Francisco Serrano Cabello, aseguró que la inseguridad requiere despojarse "de una gran cuota de hipocresía". Para el dirigente barrial el Estado no les provee a los menores de edad de un proyecto de vida a corto plazo. "Obligan a los pibes a delinquir, porque si terminan la primaria no hacen nada hasta que tienen 18 años", indica Cabello, para quien "también la gente es hipócrita, porque pide policías honestos y muchos son los primeros en querer coimear cuando pasan un semáforo en rojo".

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