| sábado, 01 de noviembre de 2003 | Caso García Belsunce Careo caliente entre dos amigas de María Marta Una dijo que la otra le contó que la familia había pagado para evitar la autopsia. La acusada negó haberlo dicho Buenos Aires.- Dos amigas de María Marta García Belsunce, una de ellas procesada por encubrir el crimen, fueron enfrentadas en un careo ante la Justicia, ya que una le adjudica a la otra haberle contado que "se pagó" para evitar que se realizara una autopsia al cadáver de la mujer.
El careo, que se realizó anteayer ante el juez de Garantías de San Isidro Diego Barroetaveña, tuvo como protagonistas a Inés Ongay, amiga de la infancia de María Marta, y a Nora Pichi Burgués de Taylor, vecina de la víctima y procesada como encubridora del asesinato, señalaron fuentes judiciales.
El punto de conflicto entre ambas es que Ongay asegura que, al día siguiente del crimen, Taylor le comentó que el viudo de la víctima, Carlos Carrascosa, pidió que a su mujer la inhumaran lo más tarde posible y sin que se le practique una autopsia, para lo cual hubo que pagar.
Durante el careo, Taylor, que precisamente quedó procesada como encubridora, entre otras cosas, por los dichos de Ongay, negó terminantemente haberle dicho eso, mientras que la otra mujer aseguró que así fue.
"Ambas se mantuvieron firmemente en sus dichos", explicaron los informantes consultados.
Ongay, una de las testigos "clave" que llevó a la Justicia a sospechar de la familia de la víctima, agregó ante el juez Barroetaveña que recuerda perfectamente los dichos de Taylor porque le llamaron tanto la atención que, incluso, ella lo comentó con otras amigas y dos tíos abogados.
La mujer le dijo al juez que incluso se puso "muy contenta" cuando en febrero pasado la citaron a declarar como testigo y pudo contar lo que sabía, agregaron los voceros.
Los dichos en cuestión son de vital importancia para la causa, ya que justamente remiten al hecho de que María Marta García Belsunce fue inhumada sin autopsia, lo que llevó a que recién se conocieran las verdaderas causas de su muerte -seis balazos en la cabeza- un mes y medio después.
La socióloga fue enterrada mediante un certificado de defunción falso, en el que figuraba que su muerte se había producido por un paro cardiorrespiratorio no traumático sufrido en la Capital Federal, cuando en realidad había sido asesinada en el Carmel Country Club de Pilar, el 27 de octubre del año pasado.
Por ese hecho, y otros tantos, como haber limpiado la escena del crimen, haber impedido la intervención policial y arrojado una bala por el inodoro de la casa, varios familiares y allegados a la mujer están procesados como encubridores, mientras que su esposo, Carrascosa, está procesado como autor del crimen. (Télam) enviar nota por e-mail | | |