Un menor de 17 años es el acusado por el asesinato

Detuvieron a una mujer y sus tres hijos por el crimen de su ex pareja

La víctima fue muerta de tres balazos, tras ser llevada con engaños a una chacra en las afueras de Piñero

Ariel Etcheverry / La Capital

El chico de 17 años le dijo al ex concubino de su mamá que quería hablar con él. La pareja se había separado hacía un par de meses y los conflictos eran permanentes: denuncias de la mujer por maltratos y tironeos por cuestiones económicas hicieron que la situación llegara a ser insostenible. Entonces se encontraron en una esquina de la zona sur de la ciudad y de allí fueron en coche hasta una chacra que el hombre mayor arrendaba en las afueras de Piñero. En ese lugar, el joven asesinó a su ex padrastro de tres disparos y dejó el cadáver debajo de un árbol tapado con unas chapas.

Cometido el crimen, el menor habría recibido ayuda de sus dos hermanos para hacer desaparecer el coche de la víctima, que apareció abandonado en Fray Luis Beltrán, y se deshizo del arma homicida arrojándola al arroyo Saladillo.

La policía detuvo en consecuencia, además del menor, a sus hermanos Martín Diéguez, de 18 años, y María Donadío, de 21. Los tres son hijos de Enriqueta Donadío.

El caso se hizo público como un pedido de averiguación de paradero que una mujer presentó en la subcomisaría 20ª. Carina D'Agostino declaró en sede policial que su actual pareja, el distribuidor de carnes Gustavo Artigas, con el que convive desde hace dos meses, no había regresado a su casa.


Cita con la muerte
D'Agostino contó que Artigas, primo del juez de Menores Juan Leandro Artigas, el jueves a la tarde le comentó que uno de los hijos de su ex mujer, de 17 años, lo había citado para hablar con él. Ese encuentro supuestamente se iba a concretar en la chacra que Artigas alquila en el kilómetro 8.5 de la ruta A012, en jurisdicción de Piñero. Ambos se encontraron en San Martín y Blandengues y marcharon juntos en el mismo coche. Eso fue lo último que se supo del carnicero.

Al ver que su compañero no regresaba, D'Agostino avisó a la policía. Los efectivos de la sub 20ª y de la Inspección de 3ª Zona comenzaron a buscar el Renault Mé

gane blanco de Artigas y también al muchacho en cuestión. Una de las primeras medidas fue visitar el establecimiento rural. Allí la policía al principio no encontró nada extraño, pero recabó testimonios de vecinos que aseguraban haber visto en la tarde del jueves llegar el Mégane de Artigas y una camioneta Ford F 100 de uno de sus hijos.

Además, la mayoría de los animales que había allí (caballos, cerdos y gansos) estaban sueltos, como si alguien hubiese dejado abiertos los corrales y caballerizas. Pero salvo eso, no se advirtieron signos de violencia. La policía también buscó a Artigas en el negocio de Pellegrini y Provincias Unidas, donde tampoco apareció en toda la tarde del jueves.

Pero el indicio de que había sucedido algo realmente grave lo dio el hallazgo del auto en Fray Luis Beltrán al promediar la madrugada de ayer. Las sospechas de la policía eran más fuertes. El rodado estaba intacto, tenía sus puertas abiertas y en su interior había un delantal blanco de la víctima.

"También de madrugada le tomamos declaración al chico con el que Artigas se había reunido. El menor dijo que esa tarde estuvo en el trabajo. Pero cuando fuimos a corroborar eso nos encontramos con que había mentido: en el negocio dijeron que no apareció en toda la tarde", comentó el comisario inspector Alejandro Franganillo, uno de los oficiales que encabezó la búsqueda.

En base a esas versiones contradictorias, los policías volvieron a interrogar al menor quien ayer confesó lo que había hecho e indicó el lugar donde había quedado el cuerpo. También contó que había tirado el arma a las aguas del Saladillo desde el puente de la ruta 178. El cuerpo estaba tirado al pie de un árbol, al lado de unos boxes para caballos. Estaba vestido, pero le faltaba un calzado y estaba cubierto con unas chapas. De acuerdo al examen forense tenía tres impactos de bala, uno en la cabeza y dos en el tórax.


Relación conflictiva
De acuerdo a lo que pudo establecer la policía, el crimen estuvo precedido por una conflictiva relación de pareja. Artigas y la madre del adolescente sospechado del crimen, que ya tenía los tres hijos de una pareja anterior, se separaron hace poco tiempo luego de convivir nueve años. Juntos tuvieron un varón. Según declaró el menor, el carnicero solía maltratar y hasta golpear a su madre. "Decía que la verdugueaba", definió un investigador.

Un allegado al hombre asesinado contó ayer que la separación le significó la pérdida de una camioneta Ford F100 que finalmente quedó en manos de uno de sus ex hijastros. La disputa llegó hasta el punto en que una de las carnicerías de Artigas quedó en manos de su ex mujer. En ese negocio, que está ubicado en la zona sur, trabajaba hasta ayer el chico de 17 años. La policía investigaba ayer si luego del crimen, el muchacho recibió ayuda de sus hermanos mayores. La duda surgió cuando testigos declararon haber visto en la chacra de Piñero el Renault Mégane y la F100. Uno de los investigadores comentó que Hernán, uno de los hermanos del menor, se quebró y contó que fue el encargado de llevar el auto hasta Fray Luis Beltrán, desde donde retornó en ómnibus a Rosario.

Otra cuestión que genera dudas tiene que ver con la contextura física de la víctima y la actitud de desconfianza nata que tenía. No pocos se preguntan cómo pudo ser sorprendido sólo por un menor de 17 años. Hasta ayer no había dudas sobre la participación del adolescente en el episodio. Lo que no estaba claro es si estuvo solo o acompañado cuando ejecutó al ex padrastro. Por eso, los dos hermanos del menor y también su madre estaban ayer arrestados hasta que se establezca si tuvieron o no que ver con el hecho.

La víctima, al momento de ser hallada en Piñero.