Héctor Rodolfo Veira llegó a la conferencia de prensa donde se esperaba alguna respuesta más convincente para definir la crisis futbolística y, sobre todo, de identidad que tiene Newell's. Pero no, el Bambino optó por utilizar las mismas palabras de siempre. "Fue un partido equilibrado y parejo. El empate fue justo porque hubo situaciones de gol en los dos arcos", dijo el entrenador sin ahondar en demasiados detalles. Claro que a esta altura se sabe que es difícil que haga una crítica fuerte sobre el equipo o lanzar palabras hirientes, porque siempre trata de preservar a sus dirigidos. "El partido malo fue en Bahía, este no fue muy bueno pero tampoco muy malo. Por eso no hay que ser tan drástico", contestó Veira cuando se le mencionó la chatura del encuentro y el flojo rendimiento de sus dirigidos, que parecen perdidos sin saber hacia donde van. Pero el Bambino utilizó un argumento que no sirve de excusa. Y, encima, lo deja mal parado al dejar en la cancha a dos jugadores que, según sus propios dichos, no estaban en condiciones de jugar. "Habría que averiguar los problemas que tuvo Ñuls. Hubo dos jugadores que salieron a jugar el segundo tiempo con problemas, uno en el tobillo (Silvani) y otro en la rodilla (Manso). Les dijimos que ingresaran para ver cómo estaban, pero desgraciadamente no pudieron responder. Después los chicos que entran hacen lo que pueden". Manso y Silvani jugaron lesionados treinta minutos en el complemento, según reconoció Veira. Entonces, el Bambino se equivocó. Y muy feo.
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