Luego de ser eliminado en las semifinales de Roland Garros, el argentino Guillermo Coria se mostró feliz por haber arribado a esa instancia y dijo que su balance por lo realizado a lo largo del torneo es "impresionante" porque pudo "manejar la presión de ser uno de los favoritos". "Estoy feliz por haber llegado hasta aquí. Mi balance de este torneo y de la primera mitad del año es impresionante: gané un Masters Series (Hamburgo) y aquí llegué muy lejos. Estoy muy contento porque pude manejar la presión de ser uno de los favoritos, de que tantos periodistas me sigan, que la gente me reconozca y aliente. Es todo muy nuevo y lo pude manejar bien", sostuvo Coria. Ante la pregunta de si creía que había dejado pasar la oportunidad de su vida, el argentino lo negó categóricamente al sostener que "sólo" tiene 21 años y "mucho por aprender" y destacó que sabe que tendrá "posibilidades de ganar este torneo, quizás en el 2004, en el 2005 o 2006". Al analizar el partido ante Martin Verkerk, el santafesino dijo que la potencia del holandés fue clave al no dejarle mantener un ritmo definido en el juego. "Su potencia es impresionante, saca como una bestia y sus golpes son impredecibles. No se sabe para que ángulo te va a jugar y eso te frustra", reconoció. "El primer set fue muy parejo y estaba para cualquiera de los dos. Quizás me apuré un poco en el tie break y me equivoqué al no aprovechar la ventaja. Después, en el segundo no pude sacarme de la cabeza lo de la raqueta. Estaba muy mal porque sabía que podía haber lastimado a la ball girl y no podía concentrarme y seguir con la táctica de juego", admitió. El argentino, a quien por momentos se vio muy desconcentrado, negó que revolear la raqueta haya sido por falta de experiencia. "Fue sólo una broma, nada más. Salió mal, pero eso no es por falta de experiencia. Tengo mucho que aprender pero eso no es nada", se irritó y explicó que no está trabajando "sobre conducta, sino sobre juego".
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