"Alguien va a pagar por esto". La sentencia, firmada con sangre de venganza, se pudo escuchar, teléfono mediante, en la voz de un hincha rojinegro con el que se contactó este diario. "No sé ni cómo ni cuándo, pero esto no va a quedar así", dijo el interlocutor, indignado por los hechos sucedidos el domingo en el peaje de Lima, a la vez que vaticinó una venganza más inminente de lo que cualquiera pudiera imaginar: "En 21 días, River va a jugar a Santa Fe (ante Unión) y nosotros vamos a Lanús". Los hinchas rojinegros, o al menos los barras más belicosos, tienen en mente no dejar pasar esto por alto, quieren vengar la muerte de los dos chicos de Newell's. Comité de Seguridad Deportiva, teléfono. Policía de la provincia, teléfono. En Newell's lejos de estar velando a los pibes fallecidos sólo piensan en la forma de desquitarse de lo sucedido. A partir de esto nadie puede hacerse el distraído ni decir que no tenían información sobre lo que puede pasar. Y tratar de no repetir lo que parece haber sucedido la semana anterior, cuando al decir de este hincha el Comité de Seguridad Deportiva, y por ende la policía de la provincia de Buenos Aires, estaba al tanto de que esto podía suceder. Es más, la policía les dijo que los esperaba en el peaje de Pacheco para escoltarlos y los hinchas le dijeron que ya había habido un incidente en la cuarta fecha entre las barras de Central y River en ese mismo peaje. De ahí la bronca de los rojinegros y el sentimiento de que no se hizo demasiado para evitarse. Por eso a ellos nadie les saca de la cabeza la idea de que se trató de una emboscada.
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