A Newell's no le sobró nada de temperamento ayer en la Bombonera. Y se sabe, para ir a esa cancha con la pretensión de arrancar un resultado positivo es necesario jugar con el pecho encendido y con el cuchillo entre los dientes los noventa minutos. Extrañamente, el tono de la derrota para los jugadores leprosos -dentro de la cancha y en los testimonios pospartido- fue de sumisa aceptación. Como si perder ante Boca en su propio reducto fuera un inevitable fenómeno de la naturaleza. Sin embargo hubo a quienes la derrota les cayó más incómoda que a otros. Entre ellos Mauro Rosales, el rojinegro que más quiso, el que no se dio por vencido. "Nos faltó un poco más de decisión, no hicimos las cosas que teníamos que hacer para sacar otro resultado", le dijo a Ovación. Después dio su impresión del partido en general: "El partido marcó poca superioridad de Boca sobre Newell's, los goles de Boca no fueron demasiado meritorios. Newell's intentó empujar un poco pero no alcanzó. Igual el resultado es justo, pero se dio porque ellos encontraron los goles y eso los tranquilizó". En cuando a su labor como delantero, Rosales volvió a interpretar, como en una antigua serie de televisión -ya gastada de tantas pasadas- al Llanero Solitario. Y otra vez, no sirvió para que ganaran los buenos. "Me sentí un poquito solo en algunas jugadas pero son cosas del partido" reconoció Mauro a pocos minutos de consumada la victoria xeneize.
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