¿Podrá con Manso?, fue la pregunta. Un sí rotundo, la respuesta. Newell's volvió a sonreír de la mano, o mejor dicho del pie zurdo, del 10. Sin dudas, Damián es vital para los rojinegros. Su presencia le cambia la cara al equipo. Con él encendido las ilusiones pueden tener sustento. Lo demostró en el estadio 15 de Abril, le bastaron 55 minutos para marcar diferencias, para llevar a su equipo a la victoria. Es distinto, no hay dudas. Claro, es un arma de doble filo. Porque si no responde las chances de Newell's disminuyen mucho, como le pasó hasta ayer. Pero si está filoso, corta justo para que en el reparto la mayor porción sea rojinegra. Ante Unión se sabía que no podría aguantar mucho más de un tiempo. Y el Bambino lo dejó diez minutos más, entusiasmado por esa primera etapa en la que condujo al equipo. Desde que recibió la pelota de Silvani para iniciar el partido y ponerle un pase bárbaro a Rosales. Para mostrarse siempre en el mejor lugar y así darle un buen recorrido a la pelota y un destino cierto. Al no temer de ir fuerte o al piso (olvidando que estuvo afuera por la lesión en la rodilla derecha) para intentar la recuperación de la pelota cuando alguien se atreve a quitársela. Todavía le falta ritmo, es cierto, pero hoy con esto le alcanza para marcar diferencias. Cabe aclarar que destacar las bondades de Manso como conductor, de intentar explicar el porqué de su importancia, no va en desmedro de lo que pueda hacer su reemplazante natural como lo es Guillermo Marino, pero no quedan dudas de que al cordobés de Los Surgentes le falta para acercarse a lo que representa Damián hoy. A veces lo consigue, pero es demasiado intermitente y de esta forma no le alcanza para convencer. Por eso en tierra leprosa cambió la cara cuando Veira anticipó el miércoles pasado que Manso volvería a jugar. A ser titular. A manejar los hilos de su equipo. Pero cuidado, nadie debe entusiasmarse demasiado o gastar a cuenta. Ayer sacó más de una cabeza de diferencia en la carrera por ser el mejor de la cancha y tiró un córner a la cabeza de Grabinski que pagó tres puntos. Pero el técnico leproso deberá encontrar la manera de que sus dirigidos sepan siempre aprovechar del 10 porque, obviamente, solo no podrá. Sobre todo en el próximo partido ante Banfield, porque tampoco podrá contar con él durante los noventa minutos y si el Taladro tiene mayor puntería que Unión (no tuvo demasiado peso ofensivo porque Islas estuvo bien tomado por Grabinski) puede complicarlo, aunque en los papeles previos no parezca. Pero ayer jugó, marcó diferencias y los hinchas leprosos hoy pueden disfrutarlo. J.P.
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