David Fox
Um Qasr. - "Abajo EEUU", afirma una inscripción en la pared de un edificio del pueblo portuario de Um Qasr, en el sureste e Irak, pintada sobre otra que dice "Abajo Irak", anterior a la invasión de Estados Unidos y Gran Bretaña. Los residentes dicen que el cambio en este sector de Irak de musulmanes shiítas opuestos al líder iraquí Saddam Hussein se debe a la forma en que las tropas estadounidenses están tratando a los civiles, lo cual presenta ahora un problema para sus aliados británicos. En la guerra de Vietnam, una respuesta popular al mantra de ganarse a la población civil era: "Toman a la gente por los testículos y después siguen por el corazón y la mente". Esa parece ser la táctica de las fuerzas que dirigen la guerra en Irak, con la excepción de que son los soldados estadounidenses los que están dando los golpes bajos y después dejan a las tropas británicas la tarea de mejorar las relaciones públicas. Los shiítas del sur de Irak recuerdan también cómo Estados Unidos los alentó en 1991 a levantarse contra Saddam Hussein para abandonarlos después a una brutal represión de la revuelta. La desconfianza no ha podido mejorar debido a la actitud de muchas de las tropas estadounidenses en la ciudad. Una queja común que se escucha en las regiones ya ocupadas del vasto sur de Irak es que las fuerzas estadounidenses, en su mayoría en la vanguardia de la ofensiva, son rudas y hostiles a los civiles atrapados en el medio del conflicto. "¿Están luchando contra nosotros o contra Saddam?", respondió el maestro Mohammed Salik a una pregunta sobre lo que pensaba de los soldados estadounidense que había encontrado. Un ejército del tamaño del que está en movimiento en Irak nunca va a llegar inadvertido hasta Bagdad y no hay dudas de que las fuerzas invasoras están alterando seriamente la vida del ciudadano común. Sin embargo, las fuerzas estadounidenses que actuaron en el área del puerto de Um Qasr hicieron pocos amigos entre la población civil. Las tropas británicas, encargadas de mantener una autoridad temporal, se quejan de que tienen que reparar los daños causados por los norteamericanos. Un oficial británico al que se le asignó para su jefatura a una escolta de marines norteamericanos expresó alarma cuando éstos hicieron disparos al aire en una casa de las afueras del pueblo. "Ellos dicen que había un francotirador allí hace algunos días y lo hicieron para emitir una advertencia", dijo el oficial. "Eso es algo que nunca podemos aceptar. Seguramente que no vamos a hacer ningún amigo haciendo cosas así", agregó. Un oficial de las fuerzas especiales estadounidenses en Um Qasr dijo que a veces es difícil contener la excitación de los hombres que están combatiendo y en ocasiones se sobrepasan. "Hay que tener en cuenta que esta gente está entrenada en una dirección. Para los militares se trata de cuidarte y cuidar a tus compañeros. Punto. ¿Cómo sabemos quién es el enemigo?", explicó. En muchas barricadas levantadas en las rutas por las fuerzas estadounidenses se impide el paso sin explicaciones a los civiles y a los periodistas que se mueven independientemente para cubrir el conflicto. Marines con semblantes de piedra les hacen gestos de que se retiren y se niegan a responder preguntas o hablar con sus superiores. Los británicos, sin embargo, han sido generalmente amables y solícitos dentro de lo posible. Los soldados hablan amistosamente con los civiles, a pesar de que ninguna de las partes sabe lo que la otra le está diciendo. "Creo que es una cuestión de entrenamiento", dijo un oficial británico. "Los soldados estadounidenses tienen todos los beneficios de la tecnología y un entrenamiento increíble. Su mente sólo está enfocada en una cosa". "Sin embargo, los británicos tendemos a una actitud un poco más humana. Quizás sea porque estamos más acostumbrados a cosas como Irlanda del Norte, donde muchos nos tratan como a un ejército de ocupación", explicó. (Reuters)
| |