Alejandro Cachari / La Capital
En las manifestaciones populares, los actos de demagogia son muy frecuentes. El fútbol suele permanecer aislado de estas cuestiones, sobre todo desde la postura y la autenticidad de los simpatizantes. No siempre, o casi nunca, desde el balcón de los futbolistas que cada vez que las cosas no salen se acuerdan de pensar en el hincha. Hay excepciones por cierto. Pero no es el caso de los jugadores de Newell's, que decidieron amigarse por el camino más corto y menos aconsejable. El equipo ingresó a la cancha portando una bandera con la leyenda "esta hinchada se merece ser campeón". Inmediatamente puede colegirse que los merecimientos están lejos de corresponderle a los jugadores. Hubo aplausos por la actitud de los futbolistas. Pero es preciso tomar cierta distancia y despojarse de los sentimientos por un instante. Eso es suficiente para comprobar que la decisión fue desacertada. Los merecimientos de la hinchada están claros. No tanto los de los protagonistas.
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