Washington. - EEUU, que afirma haber alcanzado el límite de su paciencia con Bagdad, presionará hoy al Consejo de Seguridad de la ONU para poder lanzar a corto plazo una operación militar para derrocar al gobierno iraquí. El informe que rendirá hoy el jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, será crucial para determinar si el dividido Consejo de Seguridad insiste en que las inspecciones de los expertos deben continuar o escoge la guerra como única solución para desarmar a Irak. Pese a que los inspectores de la ONU detectaron recientemente en Irak misiles de autonomía superior a la permitida en la resolución que rige el desarme iraquí, diplomáticos dijeron que las conclusiones de Blix podrían no ser más severas que las de su informe anterior, cuando dijo que el régimen de Bagdad cooperaba, pero tenía que hacer mucho más. La reunión será clave para el gobierno de George W. Bush, que ha empeñado gran parte de su imagen en su decisión de desarmar a Irak, incluso por la fuerza. Washington trata de desalentar toda oposición, argumentando que la ONU podría convertirse en "irrelevante" si no se pliega a las posiciones estadounidenses y todo país que proponga dar más tiempo a las inspecciones en Irak es acusado de hacer el juego a la dictadura de Bagdad. El secretario de Estado Colin Powell, que estará presente en esta reunión destinada a escuchar un crucial informe de los inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix y Mohamed El Baradei (a cargo de los inspectores de armas nucleares), criticó la propuesta franco-alemana de reforzar las inspecciones, afirmando que ello permitiría "salvar el pellejo" al presidente Saddam Hussein. La dureza de las declaraciones de varios funcionarios estadounidenses traduce la cólera de Washington ante la aparente determinación de Francia y Alemania, apoyados por Rusia, China y Siria en el Consejo de Seguridad, de ofrecer una alternativa -por lo menos a corto plazo- a los planes militares estadounidenses. Contando con el apoyo de Gran Bretaña, España y Bulgaria, Washington debe convencer a países que no han tomado una decisión, como Angola, Guinea, Camerún, Pakistán, México o Chile para lograr los nueve votos en 15 necesarios para que el Consejo de Seguridad apruebe una resolución. Las dificultades encontradas en la ONU se reproducen en la Otán, la alianza militar más sólida de EEUU, con la resistencia que oponen Francia, Alemania y Bélgica, hostiles a medidas de apoyo a Turquía consideradas como parte de una "lógica de guerra". Aunque el presidente Bush afirma que no ha tomado aún la decisión de atacar, la decisión de Washington a enfrentar al régimen iraquí no suscita dudas, en vista del acelerado despliegue militar en la región del Golfo. La retórica anti-iraquí de Washington, que ahora liga a Bagdad a la red terrorista al Qaeda de Osama Bin Laden, no deja otra salida que el derrocamiento del régimen de Saddam. Al respecto, Bush instó nuevamente ayer a la ONU a mostrar resolución en la tarea de desarmar a Irak y le advirtió que corre el riesgo de convertirse en un grupo "de debate ineficaz e irrelevante". Una operación con el aval de la ONU daría a Washington una base útil para convencer a la opinión pública estadounidense e internacional de la legitimidad del conflicto, lograr el apoyo de países árabes escépticos y encontrar socios para colaborar en la reconstrucción de Irak. Sin ese apoyo, Bush se encontraría casi en la obligación de cumplir su promesa y partir a la guerra con una simple coalición circunstancial, una perspectiva que pone a sus más cercanos aliados como el primer ministro británico Tony Blair en situación embarazosa. Un grupo de expertos a los que Blix solicitó ayuda analizó el lunes y martes un tipo de misil fabricado por Irak y llegó a la conclusión de que excedía los límites de autonomía establecidos en la resolución de la ONU. EEUU y Gran Bretaña dijeron inmediatamente que el informe del grupo de seis expertos en misiles balísticos era una prueba fehaciente que ratificaba su posición de que es necesario desarmar a Irak por la fuerza, porque el gobierno de Bagdad carece de voluntad para hacerlo voluntariamente. Según la prensa británica, el inspector jefe de armamento de la ONU, Hans Blix, informará al Consejo que Irak ha estado desarrollando misiles prohibidos por esas resoluciones, como el Al-Samoud 2 y Al Fatah, con un alcance superior a los 150 kilómetros. "Si esta noticia es correcta, entonces se trataría de una grave violación de la resolución 1.441", dijo Blair. Según el Times, los inspectores han descubierto que el Al-Samoud 2 excedió el límite de 150 kilómetros en 13 de las 40 pruebas y que el Al-Fatah ha superado esa distancia en al menos ocho de las pruebas. Tras su llegada a Roma, donde hoy se reunirá con el papa Juan Pablo II, el viceprimer ministro de Irak, Tarek Aziz, aseguró: "Nuestros misiles no son peligrosos y no se debería sobredimensionar esta cuestión". Agregó que los misiles iraquíes no están equipados con sistemas de dirección, por lo cual "suelen caer a una distancia de entre cinco y diez kilómetros de su objetivo". Descartó asimismo que su país pueda atacar a Israel. (AFP, Reuters y DPA)
| |