Apenas corrió en los pasillos de la Facultad de Derecho la noticia del atentado contra Susana Abalo, los estudiantes decidieron realizar una toma simbólica de la casa de estudios y muchos trasladaron los pupitres a la calle. Entre la sorpresa general y la indignación por el ataque, no faltaron escenas de pánico. La llegada de personal policial llevó a casi un centenar de estudiantes a exigirles respuestas a los uniformados. Finalmente, por la tarde, el decano de Derecho, Ernesto Granados, firmó una resolución a través de la cual repudió "con extrema energía" la agresión y decretó el cese de toda actividad académica como medida de respeto. Los estudiantes no ocultaron su conmoción durante el acto. Entre la gente, una chica aún con sus libros bajo el brazo repetía: "No puedo entender que se ataque a una persona que trabaja en un barrio y ayuda a darle de comer a los chicos. No lo puedo entender, es una provocación".
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