El escolta Emanuel Ginóbili jugaría esta tarde la final si disminuye el fuerte dolor que padece en su tobillo derecho, lesionado ayer en el partido semifinal, según comentó el técnico Rubén Magnano. "Manu tiene el tobillo muy hinchado, lo hemos infiltrado, y si se reduce el dolor podrá jugar mañana (hoy)", dijo el técnico albiceleste. Ginóbili sufrió un esguince al promediar el segundo cuarto al lanzar un triple con marca encima y pese a ser infiltrado en el entretiempo no pudo reintegrarse en el resto del choque. "La lesión no es tan grave como pensamos en un principio, pero sí muy dolorosa", informó Magnano. Ginóbili convirtió un doble y no cayó bien, y eso motivó su salida. En el resto del segundo cuarto y el tercero estuvo en el vestuario en manos del cuerpo médico, que lo infiltró. Sin embargo el escolta renqueaba y no pudo volver a la cancha, observando el adrenalínico final sentado en el banco junto a los compañeros. Pero pese a la molestia lógica, Ginóbili no se privó de festejar junto al resto del plantel la obtención del pase a la final, lo que demuestra la unión de un grupo en el que se su principal figura pone por delante lo conseguido colectivamente antes que su dolencia personal. Por eso, a Ginóbili se lo vio festejando en una pata el pasaje a la final, en una imagen que recorrió el mundo. Su presencia está hoy en seria duda pero aún queda una rendija abierta para ver al mejor jugador argentino en un partido histórico.
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