| | (Ilustración: Beas) |
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Cuando tenía cinco años, a Lina Medina le creció tanto la barriga que los brujos de su pueblo en Perú creyeron que tenía una culebra adentro, mientras otros chamanes culparon al mal del Apu, o espíritu de los Andes. Y sólo cuando no supieron qué más decir tras someterla a exóticos ritos incas para conjurar al Apu, Tiburcio, su padre, la llevó a cuestas dos días por los 70 kilómetros de valles, montañas y desiertos desde su pobre caserío de Antacancha a la ciudad más cercana, en busca de un médic... |