La particular salida de Pablo Guiñazú de Newell's (el 21 de agosto de 2000) cuando se fue a jugar a Perugia no pasó inadvertida para los hinchas rojinegros, quienes no olvidaron el detalle y se lo hicieron sentir cada vez que el volante entró en contacto con la pelota. Pese a saludar prolija y sistemáticamente a cada uno de sus ex compañeros, este gesto no fue suficiente para amigarse con la parcialidad leprosa, que lo silbó en cada oportunidad en que el volante cordobés entró en contacto con la pelota. Distinta fue la situación con el Pichi Franco, ya que luego de saludarse con algunos de los jugadores rojinegros recibió el saludo de los simpatizantes.
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