"No hay en el gobierno provincial ninguna idea de reestatizar el Nuevo Banco de Santa Fe", dijo ayer a La Capital el ministro de Hacienda Juan Carlos Mercier, el único funcionario provincial que aceptó referirse públicamente a la situación planteada con la decisión del Banco General de Negocios (BGN), propietario del Nuevo Banco, de solicitar una suspensión de actividades. Otras fuentes del gobierno dijeron en off que "siguen con atención pero sin preocupación" la situación del NBSF. La idea que el Nuevo Banco deje de estar en manos de los hermanos José y Carlos Rohm -el primero prófugo y el segundo preso- no sería mal vista por la Casa Gris, según dijeron algunas fuentes próximas al gobernador Carlos Reutemann que fueron consultados por este diario. Esta postura se asentaría en dos datos que parecen resultar esenciales en los análisis que por estas horas se hacen en el gobierno. El primero de ellos es que la situación financiera del Nuevo Banco "es buena", por ende sigue siendo un buen negocio del que los Rohm no querrían alejarse. de allí se especula sobre una dura lucha interna con los restantes accionistas internacionales. "El Nuevo Banco estaría hoy en condiciones de devolver el 70 por ciento de sus depósitos si el gobierno levantara el corralito", también se dijo ayer. Una misiva enviada por el presidente del Banco Central, Mario Blejer, respondiendo a una nota del gobernador Reutemann que interrogaba en febrero último sobre la situación de la entidad provincial, dio cuenta de la toma de algunas medidas para resguardar al Nuevo Banco. El BCRA dispuso que la entidad se abstuviera de concertar con el BGN nuevas operaciones que implicaran transferencias de fondos. "La estrategia que se deberá seguir la tiene que fijar el Banco Central" sostuvo ayer Mercier, quien sostuvo una enfática negación a toda posibilidad de reestatizar el Nuevo Banco ("no es algo que haya hablado nadie en el gobierno". Una fuente de la Casa Gris dijo ayer que "los demás socios está queriendo que los Rohm se vayan del NBSF. Tal vez por eso éstos hicieron trascender en la prensa nacional que el banco podría reestatizarse. Está claro que los socios se están peleando y que los Rohm están golpeados por tener que cerrar el BGN en la Argentina y probablemente también en Uruguay. Con esto de la reestatización de algún modo están diciendo que hay negocios para todos o para ninguno". Esta interpretación extraoficial encuentra contrapartida en la susurrada idea de que se vería con agrado que el Nuevo Banco, hasta ahora conducido por los Rohm cambie de manos "es decir, pase a ser propiedad de los otros socios".
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