Omar Bravo
Fatalmente, el futuro demostrará que el ascenso de Federico Ramón Puerta a la jefatura del Senado será menos un dolor de cabeza para el presidente Fernando de la Rúa, que para los polos de poder interno del PJ. Duhaldismo, menemismo, gobernadores grandes y precandidatos presidenciales ya no podrán ignorarlo. Puerta, timón del heterogéneo Frente Federal Solidario de las provincias chicas, coronó ayer una gran jugada que combina el propio genio del yerbatero misionero, la inefable miopía política del gobierno aliancista, más una pizca de subestimación de parte de Reutemann, Ruckauf y De la Sota. Desde ayer, Puerta agrega a su condición de jefe de los once gobernadores federales el control de todos los resortes de poder del Senado. Nadie debe suponer que no será usado en la interna. Su gran acierto fue identificar tempranamente al Senado como la cancha donde su grupo podría sacar partido de la caída de liderazgos dentro del PJ tras la derrota electoral de 1999 y la salida de Menem del poder. El peronismo, que tiene mayoría en el Senado desde 1983, nunca tuvo allí un conductor capaz de acreditarse ese número y a partir de él sacar chapa propia en la interna. Ante el fracaso de la Alianza, Puerta avizoró que sus planes originales bien podían ser más ambiciosos. "En el Senado todas las provincias valen lo mismo", repetía. Sin caciques con capacidad de veto, desplegó la ofensiva y tras los comicios comprobó que los números le daban para ir por el premio mayor. Un increíble amateurismo oficial y la resignación de las provincias grandes ante el peso numérico de las chicas, hicieron el resto. Y un párrafo merecen algunos de los componentes del Frente Federal. Por ejemplo, Adolfo Rodríguez Saá el miércoles estuvo en misa y en procesión. Primero fue junto a Kirchner al encuentro de Duhalde con congresales bonaerenses, se fotografió a su lado y escuchó la tremenda filípica de su colega santacruceño contra Menem. Terminado el acto, se dirigió al consejo nacional, donde reasumía el ex presidente Menem, quien lo recibió con un beso. A la noche, sin complejos, Rodríguez Saá dijo que "Menem y Duhalde son dos gerontes que representan el pasado". La presencia del Frente Federal en la interna peronista empezó como Cenicienta pero ahora se quiere quedar con el Príncipe. La realidad indica que agrega un actor en ascenso, pragmático, y al parecer más dinámico que el resto de los competidores.
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