Tras la retirada del bloque del radicalismo, la frepasista Vilma Ibarra fue la única que se opuso frontalmente a la designación de Ramón Puerta. La hermana del jefe de Gobierno porteño marcó sus diferencias con la bancada radical y, en medio de muchos silbidos, hizo un discurso destinado a defender la gestión del ex vicepresidente Carlos Chacho Alvarez y a recordar "las gravísimas acusaciones de corrupción y sospechas de sobornos en la aprobación de la ley laboral". Se trató de un elogió a su ex jefe, quien debió renunciar a la vicepresidencia de la Nación en disidencia por las posturas que adoptó el jefe del Estado, Fernando de la Rúa, en torno a las denuncias de coimas por la reforma laboral. Algunos de esos legisladores renovaron ayer su juramento en la Cámara alta. Desde el justicialismo le respondió, con mucha dureza, Eduardo Menem: "Hacer la apología de la renuncia del vicepresidente es como hacer la apología de un gesto de cobardía e irresponsabilidad".
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