El Fondo Monetario Internacional (FMI) no anticipará más desembolsos para Argentina del préstamo stand-by ni entregará los 3.000 millones de dólares previstos para apoyar una reestructuración de su deuda pública, si no se cumplen las metas del programa vigente. Así lo aseguró el portavoz del organismo multilateral, Thomas Dawson, quien señaló ayer en conferencia de prensa en Washington que la situación política en Argentina es complicada, y puntualizó que hay dificultades en las conversaciones entre el gobierno central y las provincias. El organismo de crédito no considera entonces acelerar sus desembolsos de préstamos para Argentina, a pesar que reconoce que la situación de Argentina es cada vez más difícil. "Eso no se está considerando y no es algo que vaya a pasar en este momento", dijo Thomas Dawson, porta voz del FMI, en una reunión informativa con la prensa, cuando le preguntaron sobre la posibilidad de que se aceleraran los pagos de 2002 a Argentina como parte de los créditos ya aprobados. Con una respuesta similar, Dawson también rechazó las especulaciones de que el organismo internacional pueda acelerar el desembolso de diciembre de un préstamo por 1.300 millones de dólares para Argentina. "No veo que esto vaya a pasar", dijo. El portavoz evitó contestar las preguntas sobre posibles medidas de Argentina, cuando las especulaciones indican que se está por reestructurar la deuda o hasta posiblemente incumplir los pagos de la misma, que asciende a 132.100 millones de dólares. Dawson admitió que el FMI está en contacto constante con las autoridades argentinas y que el organismo puede ofrecer asistencia técnica y asesoramiento, pero enfatizó que el Fondo "no forma parte de las negociaciones" relacionadas con la situación de la deuda de Argentina. "En primera instancia, eso es materia de discusión entre las autoridades argentinas y sus acreedores", dijo Dawson, al añadir que un canje es una parte posible del programa del FMI. Los comentarios de Dawson parecieron destinados a distanciar al FMI de la actual situación en Argentina, donde las especulaciones sobre la deuda aumentaron a un nivel febril en días recientes.
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