"Este es un plan para que Argentina vuelva a crecer, no es para sacarle nada a nadie", dijo anoche Domingo Cavallo ante más de un centenar de empresarios que se dieron cita en el auditorio del Banco Nación para escuchar el nuevo plan económico que hizo eje en una reestructuración "voluntaria" de la totalidad de la deuda pública al siete por ciento, que alcanza 130 mil millones de dólares, mediante la entrega de bonos garantizados con recaudación de impuestos.
Para ese canje de deuda interna y externa, el Estado nacional emitirá tres instrumentos, garantizados por la recaudación impositiva, cuya tasa no podrá superar el 7 por ciento, o hasta el 3% más Libor.
El decreto 1.387, en su título referido a la reducción de la deuda pública, instruye a Economía para que ofrezca "en condiciones voluntarias" la posibilidad de convertir la deuda pública nacional o provincial por "préstamos garantizados o bonos nacionales garantizados", siempre que la garantía ofrecida o el cambio de deudor "permitan obtener para el sector público nacional o provincial menores tasas de interés". Establece que para las obligaciones con servicios de capital hasta el 31 de diciembre de 2003 "se requerirá adicionalmente la extensión de los plazos de cumplimiento".
La conversión de deuda se ofrecerá directamente a las entidades financieras, fondos de inversión, compañías de seguros y administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones y comprenderá "todo tipo de operaciones de deuda pública que Economía considere elegibles a estos fines, ya sean títulos públicos, bonos, letras del Tesoro o préstamos sin garantías".
El decreto ómnibus, que no fue especificado por Cavallo sino que se conoció horas después de su discurso, señala que esas operaciones se convertirán en préstamos o bonos nacionales garantizados.
"Los préstamos garantizados serán a tasa flotante o fija, según determine Economía, y devengarán una tasa de interés hasta el 7 por ciento o hasta el 3 por ciento sobre tasa Libor, según corresponda", agrega la normativa.
El decreto establece que la conversión se realizará a "valor nominal, a una relación de uno a uno y en la misma moneda en la que estuviera expresada la obligación convertida", siempre que la tasa de interés del préstamo garantizado en que se convierta cada operación de crédito público "sea al menos un 30 por ciento inferior a la establecida en el instrumento inicial".
El resultado de las operaciones de conversión de deuda está exento del impuesto a las ganancias y la exención se calculará a partir de la diferencia entre el valor de conversión y el valor de mercado.
El decreto autoriza al Ministerio de Economía a afectar recursos que le corresponden a la Nación en concepto de coparticipación o del impuesto a las transferencias financieras, "hasta la suma que resulte necesaria para atender los vencimientos de capital e intereses de los préstamos garantizados o bonos nacionales en que se convierta la deuda pública".
Lo que dijo en público
Cavallo anunció públicamente que se planteará en una primera etapa una reestructuración de la deuda por la cual se entregarán títulos a tasas no mayores del 7 por ciento contra garantía de la recaudación tributaria, a cambio de los que vencen en los próximos años y que devengan rendimientos superiores al 20 por ciento.
En ese sentido, puntualizó que el objetivo es que el total de la deuda se reestructure "porque la solvencia de los bancos depende de sus carteras porque los balances de los bancos están dibujados cuando las tasas de interés reflejan el riesgo país que se negocia en estos días".
Además confió en que "la reducción del costo de la deuda tiene que significar también reducción de tasas de interés para todos", aunque admitió que eso se logrará en el marco de un "restablecimiento pleno de la confianza".
"No tiene sentido que los argentinos estemos pagando una tasa de riesgo país por los desmanejos irresponsables, cuando hoy estamos insertos en una política de déficit cero", destacó.
Cavallo exhortó a los banqueros -los grandes ausentes anoche- e inversores a apoyar esta medida y rechazó a todos aquellos que plantean una cesación de pagos. También destacó que "no va a venir plata de afuera" y que los argentinos "tenemos que cumplir con nuestros compromisos".
Uno de los pocos banqueros que pudo ser localizado anoche consignó: "Lo único que me queda claro es que no hay apoyo del exterior, y hoy se reconoció públicamente".